Edificios y lugares circundantes
Cuando Juan de Garay, en 1850, desembarco en las costas
de la ciudad, trazó una cuadricula alrededor del lugar en
que había realizado el acto de Fundación: La plaza
de Mayo; adjudicó los predios de los costados para el
Cabildo(poder civil),
la Iglesia, y el
fuerte (poder militar). Y repartió el resto de las tierras
entre las personas que llegaron a él.
La Plaza de Mayo:
Se encuentra en él limite de los barrios
Monserrat y San Nicolás de Bari, pertenece al
primero.
La Plaza también abarcaba la manzana limitada por
las calle Defensa , Rivadavia, Hipólito Irigoyen y
Bolívar.
La plaza tenia como objetivo
servir de sitio par mercar, un lugar destinado para feria o
mercado de los
ciudadanos , era el punto de reunión de los vendedores y
comerciantes. Allí se podían comprar velas,
pescados, mulitas, gallinas, pollos y perdices. Por esto ultimo
se la llamó "Plaza de las Perdices".
En aquella época el río alcanzaba hasta
donde se encuentra actualmente la Casa de Gobierno. Juan de
Garay eligió este sitio por ser alto con respecto al
río y llano en sus relieves.
En la plaza funcionaba el mercado, se ejecutaba a los
reos y se celebraban las fiestas y corridas de toros.
En el año 1803, se construyo una recoba destinada
al comercio, que
abarcaba desde la avenida Rivadavia has Hipólito Irigoyen.
la misma dividía la plaza al medio por un arco que
denominaron el arco del Virrey. .
La parte que daba al Cabildo se la denominaba Plaza
grande, luego del triunfo con los ingleses se la denomino plaza
victoria. . La otra mitad, con frente a la Casa de Gobierno se la
denomino Plaza fuerte o De Armas.
En el año 1806, la Plaza fue escenario de los
combates entre las fuerzas invasoras británicas y las
locales.
El general Beresford rindió sus armas en la Plaza
Mayor, llamada Plaza , La Victoria.
El 5 de Abril de 1811 fue comenzada la Pirámide
de Mayo en conmemoración al primer aniversario de la
Revolución
y en homenaje a los hombres que tomaron parte de ella. Fue
inaugurada el 25 de Mayo de 1811, y la obra finalizo dos meses
después.
La plaza no solo fue marco de la vida política del
país, sino también el recinto en el que se
demostraron la mayoría de los avances
tecnológicos, la iluminación a gas, la
eléctrica, el primer ensayo de
transmisión telegráfica.
Todas las manifestaciones de adelanto tecnológico
llegaron a su punto culminante en 1880. En ese año Don
Torcuato de Alear inicio la construcción de Buenos Aires
contemporánea imitando el modelo de
París. En 1883 se encara la demolición de la
recoba, las dos plazas se convierten en la actual Plaza de
Mayo
Desde la Plaza arrancan en 1913 la primera líneas
de Tranvías Subterráneas de América
del Sur.
El pintor y arquitecto Pueyrredon proyecto una
nueva y una vez aceptada se idea se realizo la actual, la
primitiva se encuentra en su interior.
En la parte superior de la nueva pirámide se
coloco la Estatua de la Libertad, que
se encontraba en el teatro Colon.
(Hoy Banco de la
Nación
Argentina.)
Se colocaron cuatro estatuas de mármol, ubicadas
en los respectivos ángulos del pedestal, los cuales
representaban:
La astronomía, la navegación, La
geografía,
La industria,
Posteriormente fueron sacadas ya que no se
correspondían con el espíritu de Independencia
y libertad que se querían transmitir en ese
monumento.
En nuestros días la Plaza es fundamental mente
símbolo del derecho de los ciudadanos a
reclamar.
El Cabildo
Reseña histórica: En las ciudades, villas,
y lugares que los conquistadores fundaban en América,
establecían una organización municipal, le Cabildo, que a
semejanza de los ayuntamientos o consejos de las
metrópolis, constituida núcleo de vida social, y
asumía funciones de
policía, administración, justicia, y
abasto.
Los primeros miembros designaban al conquistador . La
representación popular directa en el seno de l Cabildo era
accidental y únicamente se hacia efectiva en los cabildos
abiertos.
Cuando a mediados del siglo XIII se crearon las
intendencias, la autonomía de los cabildos sufrieron un
quebranto, aunque la función de
aquellos sobrevivieron.
Ubicado sobre la calle Bolívar, entre la avenida
de Mayo e Hipólito Irigoyen. Cumplía las funciones
de: Policía, administración, abasto y
justicia.
Constituye uno de los símbolos patrios que posee
la República, ya que fue centro de numerosos hechos
decisivos en la política argentina.
Su construcción se inicio en 1608, llevada a cabo
por el alarife Juan Méndez. En el año 1632 la
construcción comenzaba a deshacerse y después se
demoraron tres años para levantar un edificio nuevo. En
1772 se pidió al ingeniero Domingo Petrarca los planos
para un nuevo ayuntamiento y cárcel, pero el proyecto no
se llevó a cabo por recursos
económicos.
En 1748 se termino el primer piso y en 1763 se construyo
la torre donde se colocó el reloj caído de
Cádiz.
El cabildo fue en 1810 el epicentro de la
Revolución de Mayo, inicio la gesta de la Independencia.
Es también uno de los edificios al que más cambios
se le otorgaron. A trabes del tiempo.
Construida por Andrés Blanqui. El modelo se
asemeja a los cabildos coloniales de Salta y Córdoba, con
dos plantas y un
frente que ocupaba media cuadra.
La característica de su estilo es colonial,
contaba con 11 arcos. En 1825 contaba con cinco arcas de cada
lado y en 1879 aparece este con la torre modificada pues se han
agrandado los ventanales de su ultimo cuerpo, para dar lugar a un
nuevo reloj. En la época de Rosas se
considero hora oficial la que señalaba el reloj de l
Cabildo. En 1889 se construye la avenida de Mayo durante la
independencia de Marcelo Alear, obligándole a suprimir
tres arcos del norte.
En 1931, al ensancharse la avenida Roca, se le
suprimieron los otros tres arcos del lago sur.
En, 1940, el arquitecto Buschiazzo realiza una
remodelación general del que el Cabildo.
El Cabildo en el año 1942 es declarado Monumento
Nacional y es custodiado por gendarmería
Casa de gobierno:
El solar en el que está emplazada la Casa Rosada
fue, durante toda la historia de Buenos Aires, la
sede de las distintas y sucesivas autoridades políticas
que gobernaron el país.
A poco de fundar la Ciudad en 1580, Don Juan de Garay
mandó cavar
una zanja y terraplenes formados con las mismas tierras
extraídas de ella,
encerrando dentro el origen de lo que más
adelante se llamó "Real
Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria" o "Castillo
de San Miguel". Posteriormente, en 1595, el gobernador Fernando
de Zárate mandó levantar una amurallada
construcción de 120 metros de lado, con foso y puente
levadizo, que se alzó en la manzana ceñida por las
actuales calles Rivadavia, Balcarce e Hipólito Yrigoyen y
la Avenida Paseo Colón sobre las barrancas quedan al
río. Finalmente, a principios del
siglo XVIII se construyó un sólido fuerte,
íntegramente hecho de ladrillos, cuyas murallas y
bastiones perduraron hasta su demolición, un siglo y medio
después,
Ya en el período de la Independencia, la Casa que
había sido residencia de gobernadores y virreyes
españoles, albergó, con muy pocas reformas, a las
autoridades de los sucesivos gobiernos patrios: las Juntas, los
Triunviratos, los Directores Supremos, los Gobernadores de Buenos
Aires y el Primer presidente.
Abandonada y parcialmente demolida, volvió a tener
protagonismo como sede del gobierno político a partir de
1862, cuando Mitre se instaló con sus ministros, remozando
la antigua residencia oficial del fuerte. Su sucesor, Sarmiento,
decidió embellecer la morada del Poder
Ejecutivo Nacional, dotándola de jardines y pintando
las fachadas de color rosado, con
el que, posteriormente, se continuó caracterizando.
La construcción de la actual Casa de Gobierno
comenzó en 1873, cuando por decreto se ordenó
construir el edificio de Correos y Telégrafos en la
esquina de Balcarce e Hipólito Irigoyen.
Pocos años después, el presidente Julio A. Roca
decidió la construcción del definitivo Palacio de
Gobierno en la esquina de Balcarce y Rivadavia,
edificación similar al vecino Palacio de Correos. Ambos
edificios se unieron en 1886 mediante el pórtico que hoy
constituye la entrada de la Casa Rosada
Con estas construcciones, desaparecieron los últimos
recintos del antiguo Fuerte del que, sin embargo, quedan como
testigos algunos muros y una tronera que se conservan y pueden
visitarse, contiguas a las galerías de la Aduana de
Taylor en el
Museo de la Casa de Gobierno.
Consejo deliberante:
Esta es la cede del Poder
Legislativo a nivel municipal. La torre mide aproximadamente
97m y en ella se encuentra un reloj, y cinco cuadrantes, uno por
cada cara de la torre.
Las campanas son también cinco, y representan las
tres carabelas y las primeras maquinas ferroviarias de nuestro
país: "La libertad" y "La Porteña".
Tiene su entrada principal por la Avenida Julio A. Roca
575.
Ministerio de Salud y Acción Social
y Economía:
Ambos son sedes de diversos caracteres y su
construcción es actual.
El primero fue creado en el año 1884 y posee las
siguientes subsecretarias: Deportes y Recreación.-, Técnica y Coordinación Administrativa, Promoción Social del, Menor y La
Familia.
El segundo se halla ubicado en la calle Irigoyen,
esquina Balcarce y posee las siguientes subsecretarias: Comercios
y Asuntos Marítimos, Agricultura,
Industria Minería y
Hacienda. También funciona como sede central de la
DGI.
Banco Hipotecario de la
Nación:
Allí se encontraba situado el Congreso de la
Nación el que se edifico en el año 1862.
En 1906 paso a ser Banco Hipotecario , en donde podemos
encontrar dos de las salas erigidas como monumentos
históricos en 1942. también funciono como
sección legislativa (1905)
Banco de Crédito
argentino:
Su fachada gano premios internacionales, por su trabajo
de estuco y yeso.
Se ubica en la Av. Rivadavia, esquina Reconquista. El
edificio muestra con
características de estilo renacentista, hecho con
mármoles italianos.
Banco de la Nación
argentina:
El Banco ocupa toda una manzana: es una bella ogra de
arquitectura.
El actual edificio que finalizo en 1944 esta recubierto con
piedra cuarcita traída de Chapadmalal y
Balcarce.
Aquí funciono el Teatro Colon hasta el año
1885. En 1887 ocupa el edificio el Banco Nacional. En 1891,
durante la presidencia de Carlos Pellegrini, se crea el Banco de
la Nación Argentina, que se instala en el
edificio.
Actualmente en el segundo piso alberga el museo
histórico Numismático Argentino.
El Banco tiene 5Km de corredores y 1500 puertas con
llaves. Mide 40 metros de altura y tienen 100000 metros cuadrados
de superficie cubierta. Posee 10 puertas de entrada, de bronce
cuyo peso varía de 10 a 16 toneladas cada una, accionada
eléctricamente, mediante una central combinada con
relojes. Fue diseñada por el arquitecto
Bustillo.
Franco Inglesa:
Compañía de seguros, ubicada
en la calle Hipólito Irigoyen, entre las calles Defensa y
Bolívar. Fue fundada en el año 1876.
Municipalidad de Buenos Aires:
En el año 1852 se sanciona un decreto que daba
nacimiento a la Municipalidad de Buenos Aires, en reemplazo del
existente Cabildo.
Dos años mas tarde se sanciona la ley de los
municipios y en 1856 se efectúa la reunión
inaugural, pero no seria hasta 1882, siendo el primer Intendente
Don Torcuato de Alear.
La arquitectura del edificio es de origen
francés, sus constructores fueron Castello y Scala bajo
las ordenes del ingeniero Cognoni. En principios se construyo
sobre el terreno que daba a la Av. de Mayo y Bolívar,
dejando especificada lama posibilidad de ampliarse hacia los
terrenos de Rivadavia y Bolívar, esto se llevo a cabo en
1900.
La ceremonia se realiza en el Salón Blanco, en el
que se destaca un cuadro del pintor Carbonero que reproduce la
escena de la fundación de Buenos Aires. Parte del solar
que ocupa hoy el edificio es un regalo que hizo el gobierno
argentino al General San Martín con motivo de sus
victorias de Maipú y Cachaducho.
Palacio arzobispal y la Curia
Metropolitana:
Esta situado al lado de la Catedral, donde antiguamente
existía un cementerio ya que según la costumbre
imperante en la época se enterraba en las iglesias y sus
adyacentes hasta que Rivadavia lo prohibió habilitando
como cementerio publico la huerta de los recoletos.
El antiguo enterratorio quedo convertido en un
baldío al no poderse realizar en el inhumaciones.
Después de la caída de Rosas, el primer arzobispo
de Buenos Aires Monseñor Mariano José de Escalada
levanto sobre el un palacio arzobispal obra de Pedro Fosatti y
construido por Pedro Renom.
La actual construcción consta de 11 pisos
destinados a la
organización y funcionamiento de las tareas del
arzobispado de Buenos Aires que fue incendiado en 1955 y
reconstruido en el mismo lugar.
Los archivos
demás de 80000 legajos, que contenían la historia
de la religión desde 1600, se convirtieron en
cenizas.
Antes la Curia se hallaba anexada a la Catedral pero
ahora entre el templo y la edificación existe un
jardín donde se ha dispuesto la imagen del
Sagrado Corazón de
Jesús, el proyecto pertenece a la arquitectura de Alfredo
Casares y Julio Aranda y el ingeniero Luis
Argüí.
Historia del barrio San Nicolás de
Bari
La Catedral Metropolitana se encuentra situada en la
zona este de Buenos Aires, en el barrio de San Nicolás de
Bari.
El nombre dado a este barrio se debe a la iglesia
homónima, fundada en 1773 por Domingo Acasusso, en la
esquina de las calles Carlos Pellegrini y Corrientes, por real
cédula del 8 de julio de 1767.
La ordenanza municipal N 26607 de 1972 que reglamenta la
delimitación de los barrios porteños determina que
la iglesia mayor de Buenos Aires pertenece al barrio de San
Nicolás de Bari.
San Nicolás, juntamente con Montserrat fueron los
primeros lugares habitados de la orgullosa Santa María del
Buen Ayre, ya que un cuarto del barrio forma parte del trazado de
la ciudad por Juan de Garay, en 1580.
Desde la fundación de Buenos Aires transcurriendo
la época de la colonia y hasta el crecimiento desmesurado
de ella, que llevó sus límites
más allá de los de la gran aldea, por la historia
transitó los tranquilos días del Virreynato, se
agitó en los expectantes momentos prerrevolucionarios, se
convulsionó en la defensa ante las invasiones inglesas,
vio caminar por sus calles a las figuras políticas y
artísticas de mayor trascendencia y fue siempre
protagonista de los episodios que más convulsionaron a la
vida política de los argentinos.
Cortada por la mitad, por la avenida más ancha
(del mundo), atravesada por la ´´avenida que nunca
duerme´´ y donde por primera vez se hizó la
enseña nacional; por sus calles también
nació y se desarrolló la música ciudadana,
pergueñada si en los arrabales, pero dada a luz hasta pisar
la Corrientes Noctámbula. Pegada al puerto, la zona de San
Nicolás fue el pórtico de entrada de toda novedad a
la que tan afecta era y es la coqueta Buenos Aires.
San Nicolás siempre fue el barrio de vanguardia, a
tal punto que podemos afirmar, que todos los restante barrios
crecieron mirando a San Nicolás, adoptando sus modas y su
vertiginosa capacidad de ser la vidriera receptora de las
novedades del mundo. Además, porque sin duda debe ser el
barrio más transitado por los mismos porteños y por
los argentinos que viven ahí nomás, cruzando la
Gral. Paz. Es por Corrientes, por Florida, por la 9 de Julio, por
Tribunales, por donde pasa lo más representativo de la
ciudad más hermosa del mundo: ´´la
nuestra´´
Es en una casa del barrio donde se escuchó por
primera vez el Himno Nacional, la casa de Mariquita
Sánchez de Thompson ubicada en Florida y Perón,
donde transcurrían las tertulias de los más
ilustres habitantes del Buenos Aires de la Revolución de
Mayo. En una de las dependencias de esa casa, funcionó
además la Logia Lautaro, donde se reunían San
Martín, Alvear, Zapiola, Monteagudo, Anchorena quienes por
algún tiempo marcaron los destinos políticos
nacionales.
San Nicolás fue el barrio que tuvo el primer
Hospital (San Martín), tuvo las primeras representaciones
teatrales, la primera exhibición cinematográfica en
el derruido “Odeón´´, la primera calle
empedrada de la ciudad – Rivadavia entre Florida y San
Martín – la primera línea de
tranvías.
Días en San Nicolás
San Nicolás, era como el espejo de la noche o la
reunión de afiebrados mediodías. Es decir donde
todos los porteños encontraban su identidad,
su carta de
ciudadanía. Noches de San Nicolás, quien no se
acuerda, cuando la vieja radio Municipal
estaba en el subsuelo del Teatro Colón y trasmitía
los grandes conciertos de tango en los
mediodías de los domingos que daba el bandoneón de
Troilo y donde cantaban “el pibe de Oro“ Rufino y el inacabable
Polaco Goyeneche.
Todos los porteños tenían pasión
por el barrio donde soñamos nuestro destino, o donde
frente a un cortado a medio tomar miramos el humo del ultimo
‘faso’
O la ancha con obeslico de por medio y pizzerías
famosas de ahora y entre el ruido
estrepitoso de alguna cafetería al paso.
La aduana metafísica
de los almanaques va cambiando pero hay algo que perdura: los
teatros, hoteles y
vidrieras.
El barrio de San Nicolás tan enraizado con los
orígenes mismos de Buenos Aires, pero al mismo tiempo tan
representativo de la transformación de la gran urbe;
moderno, vertiginoso y cosmopolita.
El barrio de San Nicolás alberga hoy a la City y
a Tribunales. A cientos de servicios
conexos a ellas. En él están ubicados los mas
grandes teatros del país y en algunos casos de Latinoamérica. Y los restaurantes de
antología y la mítica calle Corrientes, y la imagen
que identifica a Buenos Aires: el Obelisco con su plaza de la
República.
Este barrio no es un lugar geográfico, sino un
mito en el
corazón.
Lugares históricos: destacados
La Catedral: profundizaremos luego.
Basílica de la Merced: ubicada en
Perón y Paraná. El edificio se levantó en
1721 y la razón de ser monumento histórico se debe
a que los Defensores de la Ciudad libraron una encarnizada
batalla desde sus terrazas contra los invasores en 1807.
También, sus claustros fueron dispuestos como hospital en
1827, para los numerosos heridos de guerra que
arribaban a Buenos Aires, como consecuencia de la Guerra contra
el imperio del Brasil.
Casa de Mitre: San Martín 336. Es una casa
construida a fines del siglo XVIII. En ella Bartolomé
Mitre escribió la ´´Historia de San
Martín y la Independencia de América´´,
la ´´Historia de Belgrano´´ y tradujo la
´´´Divina Comedias. Además
albergó la mayor biblioteca
americanista de su momento.
Las Catalinas: en Viamonte y San Martín.
El edificio se remonta a 1783. En 1807, fue invadida y tomada por
varios días por los ingleses y prontamente recuperada por
la valerosa defensa de sus moradores y vecinos.
Lugares Característicos
Uno de los centros nocturnos más importantes del
barrio fue la manzana comprendida por las calles Perón,
Suipacha, Sarmiento y Pellegrini, sesgada por el mítico
pasaje Carabelas. La manzana abrigó innumerables
cafés y restaurantes en donde recalaban indefectiblemente
los porteños amantes de la noche. Poetas, escritores,
músicos, gente del teatro encontraban allí el
ambiente
propicio para la polémica, la bohemia y el libre fluir de
los sueños y delirios.
En Perón y Carabelas estaba “el
Conte´´ el más famoso restaurante con una
cocina cuyo prestigio aún hoy rememoran los
porteños. Era uno de los restaurantes más caros y
frecuentados por Carlitos Gardel.
Era común, que luego de una tarde afortunada en
Palermo, los muchachos se fueran a gastar “la
guita´´ en el Conte: “después te espero en El
Conte, pa´ poderlo festejar…´´ dice el
tango.
Calle Corrientes: era quien marcaba a la ciudad
con sus cafés, sus boliches, restaurantes quien
posibilitó a que los porteños desarrollaran esa
vocación por hacer de la amistad un culto,
por usar los lugares de encuentro luego de la oficina, para
desgranar horas de charla sobre “el fulbo´´, la
política, la melancolía y la nostalgia. Lugares
para dejar transcurrir horas perdidas o ganadas mirando el
crecimiento del país, a través de los vidrios de
ese segundo hogar porteño.
Cortada Carabelas: definida por un periodista
herido de porteñidad como ´´el tajo malevo que
el progreso le hizo a nuestro barrio“ fue una callejuela
frecuentada por elementos del mal vivir y de aquellos escritores
y poetas que encontraron en sus restaurantes y cafetines el
venero inagotable que da la vida mostrando sus llagas.
Allí estaba "La Croce di Malta" donde se reunían
los periodistas de "La Patria Argentina" "La Nación". Los
cafetines: Los Pajaritos y La Taberna de Mario, donde las noches
eran finalizadas casi siempre con cuchillos, la sangre y la
taquería.
Cuando Juan de Garay vino desde Asunción
a fundar la ciudad de la Trinidad, acto que tuvo lugar el 11 de
junio de 1580, destinó para la iglesia mayor o catedral el
mismo cuarto de manzana que ocupa hoy en día. En el acta
de fundación se lee: "hago y fundo en el asiento y pueblo
una ciudad la cual pueblo con los soldados y gente que al
presente he traído para ello, la iglesia de la cual pongo
por advocación de la Santísima Trinidad, la cual
sea y ha de ser iglesia mayor parroquial". En lo que atañe
a la jurisdicción eclesiástica, la nueva ciudad
dependía de la diócesis del Río de la Plata,
creada por Paulo III el 1º de julio de 1547 con sede en
Asunción.
La iglesia parroquial era una modesta
construcción con tapias de adobe y madera, que en
1605 el gobernador Hernando Arias de Saavedra mandó a
demoler por muy vieja e indecente. Ignoramos qué
proporciones tendría la que se levantó en su lugar
con madera traída expresamente del Paraguay.
Años más tarde, en 1616, su techumbre amenazaba
desplomarse y la parroquia tuvo que pasar a la iglesia de San
Francisco.
Y mientras se hacían proyectos para
reformarla, solicitando para ello la contribución
pecuniaria de los fieles, la iglesia acabó de derrumbarse
porque estaba mal edificada y con madera podrida de sauce. Esto
era en 1616. Ni el Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad
perdieron el ánimo y enseguida fletaron una
embarcación al Paraguay para adquirir y traer la madera
necesaria para la reedificación del templo. Las obras se
iniciaron en enero de 1618. Según el presupuesto de
Pascual Ramírez
que las llevaría a cabo, su costo
sería de 1.100 pesos. A finales de aquel mismo año
la obra del templo estaba concluida. Pero se ofrecía una
dificultad: éste resultaba más pequeño que
el anterior, tanto que en 1621 ya se hablaba de construir otro
destinado a catedral.
Entre tanto, en Madrid y en Roma se llevaban
a cabo los trámites para la creación de la
diócesis de Buenos Aires. La bula de erección
canónica por Su Santidad Paulo V está fechada el
30/3/1620 y su ejecución tuvo lugar el 19/1/1621 por su
primer obispo el carmelita Fray Pedro de Carranza, lo cual quiere
decir que en esa fecha tomó posesión de la
diócesis. El obispo señaló como catedral la
única iglesia de clérigos que había en la
ciudad. Y en su carta de 4 de mayo de ese mismo año
escribía al rey: "está tan indecente (la catedral)
que en España hay
lugares en los campos de pastores y ganados más acomodados
y limpios; no hay sacristía, sino una tan vieja, corta e
indecente, de cañas, lloviéndose toda con suma
pobreza de
ornamentos". Y más adelante: "El Santísimo
Sacramento está en una caja de madera tosca y mal parada".
"Y en cuanto toca al edificio, es forzoso él entablarla y
acomodarla, solo pena de que dará toda en tierra y nos
iremos a una Iglesia de un convento a hacer catedral". Y en el
auto de erección del 12/5/1622 dejó escrito: "Sin
coro ni sacristía a propósito, la cubrimos de nuevo
y retejamos e hicimos sacristía nueva y coro y pusimos
pila de agua bendita
en medio de la iglesia y trajimos de España, con limosnas
que su majestad dio y nosotros en parte tafetanes de colgadura y
ternos y otros adornos para servicio del
culto divino e hicimos fuera de esto, donación a la
catedral de dos cuadros grandes con guarniciones doradas, el uno
del glorioso San José, y el otro de la Magdalena".
Además, instituyó dos cofradías: la del
Carmen y la de Esclavos del Santísimo Sacramento. Esta
fue, pues, la que podemos denominar la
primera
Cuando el tercer obispo de Buenos Aires, Fray
Cristóbal de la Mancha y Velazco llegó a su sede el
6 de octubre de 1641, halló a la catedral, si no en
estado
ruinoso, por lo menos muy deteriorado. Así que
concibió de inmediato la idea de levantar una nueva
catedral y se lo comunicó al rey el 19 de noviembre de
1662. Según el plano que le adjuntó, el templo iba
a tener tres naves; para su construcción se
necesitarían 5.000 pesos, suma que solicitaba del real
tesoro. En la persona del
excelente gobernador, don José Martínez de Salazar
halló el obispo quien colaboraba en la construcción
del templo no sólo con su influencia, sino hasta con
dinero de su
propio peculio. El 20 de diciembre de 1671 la catedral estaba
terminada: constaba de tres naves, su techo de madera y una
torre; era de proporciones regulares.
Pero he aquí que una obra con tantas
apariencias de solidez, al cabo de siete años, por causa
de la calidad inferior
de algunos materiales
usados en su construcción, empezó a dar muestra de
su ruina inevitable: esta es la segunda
catedral.
En el año 1678, el nuevo prelado, Antonio
de Azcona Imberto se dirigió al rey haciéndole
presente la urgencia en la reparación de la catedral, y
solicitando la suma de 12.000 pesos. Su majestad acudió a
la demanda, de
tal manera que en octubre de 1680 se dio comienzo a las obras. El
historiador Rómulo D. Carbia comenta: "El peligro estaba
en el techo y tenía su origen en que no se le había
dado la corriente que exigía la frecuencia y la abundancia
de las lluvias. La iglesia se goteaba toda, y ello se
debía a que los canales que corrían en todo lo
largo del edificio, sobre los arcos que dividían las naves
laterales y que tenían por objeto recibir las aguas de la
nave principal, habían sido construidos con poca capacidad
y malos materiales, al punto de producir continuas filtraciones".
Pero aquí surgieron otras dificultades, porque el techo se
desplomó, se destruyó a consecuencia de ello el
retablo del altar mayor y se impuso la demolición de la
torre por la gravedad de su deterioro.
Su reconstrucción marchó muy
lentamente, sobre todo por razones de orden económico. A
pesar de ello, en 1690 la iglesia con sus tres naves estaba
cubierta, aunque todavía faltaba adecentar su interior y
por la parte de fuera sus capillas, la sacristía y
había que elevar la torre que hasta entonces sólo
contaba del primer cuerpo. Para hacer frente a todos los gastos se
echó mano de todos los medios
disponibles: la real hacienda, el obispo con sus rentas y
alhajas, el vecindario con sus limosnas.
La obra siguió adelante, pero por las
sólitas dificultades económicas, al fallecer el
obispo en el año 1700 aún no estaba concluida. Y
esta fue la tercera catedral.
Su sucesor fue el trinitario Fray Pedro Fajardo,
apostólico y santo prelado, que como es de suponer puso
todo su empeño en la conclusión de las obras de la
catedral. En carta de 20 de agosto de 1721 comunicaba el obispo
al rey que ya se había dado cima a una de las torres y
estaba interesado en levantar la segunda.
Pero al año siguiente en 1722, la
techumbre del templo se iba deteriorando de tal modo, que se
temía su derrumbamiento. Enfermo y en cama, el obispo
pidió al Cabildo Eclesiástico que se hiciese cargo
de la obra. Ya se supone que la primera dificultad que se
presentó fue la carencia de recursos
económicos.
El Cabildo, en tal coyuntura, dirigió un
exhorto a los miembros del Ayuntamiento a quien competía,
también, poner manos en ese asunto. Pero por un motivo u
otro (algunos verdaderamente fútiles) se pasaron dos
años sin que se hubiera adelantado nada. Entonces es
cuando surge la figura del arcediano Marcos Rodríguez de
Figueroa y con él las cosas entraron por la vía
recta. A su actividad y celo por la causa de Dios se debe la
terminación de la obra de la catedral. Para ese efecto, la
real haciendo puso 1.800 pesos y él 3.000 de sus propios
haberes; el arcediano consiguió 1.500 del vecindario e
hizo un empréstito de 2.500 y 1.000 provinieron del
cabildo secular. Con el monto de estas sumas, se consiguió
terminar con el trabajo de
las torres, arreglo de las naves y el del pórtico;
además, en 1725, un tal Tomás Trupp, hizo una
donación de 5.000 pesos para las campanas (cnco
campanas!). Y ésta fue la cuarta
catedral.
Al morir Fray José de Peralta, se
reunió el Cabildo y eligió vicario capitular al Dr.
Bernardino Verdún de Villaysán, una de cuyas
principales ocupaciones –y las del Cabildo- fue el
mejoramiento de la catedral. Como primera providencia, tanto el
vicario capitular como el Cabildo, hicieron traer de
Potosí 400 libros de oro
y los elementos necesarios para hacer dorar el retablo; luego se
ocuparon de blanquear la sacristía mayor, los pilares del
cañón principal, de todas sus capillas y del
bautisterio; se cerraron los tres arcos que se hallaban bajo la
torre, "así por hallarse sin abrigo (dicen los documentos) y
expuestos a los vientos y polvos que perjudica mucho al aseo de
la Iglesia, como porque el Señor gobernador, las reales
juntas, el teniente de sacristán mayor, que vive en uno de
los accesorios, y otras personas temerosas de Dios tienen
informado que sirve, de noche, de abrigo de liviandades. El
Cabildo se ocupó en hacer alargar el presbiterio,
ensanchar la mesa del altar mayor, cuyo retablo compuso en sus
dos caras: tampoco olvidaron los señores canónigos
la sala capitular y el archivo, que se
preocuparon de ordenar y componer según las normas de la
época de tal manera que no sufrieran deterioro los
documentos y papeles que en él se habían de
guardar. El Cabildo tuvo que sufragar los gastos que
traían consigo estos arreglos y adecentamientos. Un vecino
de la ciudad, nombrado Agustín de García,
donó 500 pesos para el dorado y pintura al
óleo del coro principal. Y ésta es la quinta
catedral.
La actual Catedral.
Parecía que la quinta catedral iba a ser la
definitiva Pero por desgracia no fue así. Porque a las 9
de la noche del 23 de mayo de 1752 se derrumbó una parte
de la catedral y entre las seis y la siete de la mañana
del día siguiente se desplomaron, según informe del
gobernador José de Andonaegui "las tres bóvedas de
iguales naves". Y el obispo, don Cayetano Marcellano y Agramont
informaba al rey que fue preciso "derribarla enteramente por la
poca firmeza de las paredes que han quedado y empezar su
fábrica desde los cimientos con más solidez y
extensión que los de la antigua, que por su cortedad no
parecía catedral, y a juicio del más acreditado
alarife pasará su costo de doscientos mil pesos por el
subido precio de los
materiales en este puerto" y terminaba pidiéndole "se
sirva aplicar a tan útil y necesario edificio la cantidad
de dinero que arbitre su real
clemencia…"
La burocracia en
aquellos tiempos era tanto o más complicada que la de
ahora. Y así fue como este asunto se pasó al Virrey
del Perú, a la vista del fiscal, a la
real audiencia. Por ello, transcurridos tres años, sin
contar con la autorización real y sin haber enviado los
planos para su autorización, y con el total apoyo del
Cabildo Eclesiástico, empezó el obispo a levantar
la nueva catedral, la actual, según los planos de un
arquitecto nombrado Antonio Masella, de origen saboyano. El
celebre vasco y hombre de
empresa
Domingo de Basavilbaso, hombre de confianza del obispo y
bienquisto de la ciudad, en 1754 se hizo cargo de la
tesorería y dirección de la obra del nuevo templo. La
nueva catedral, según el plano de Masella, sería de
cruz latina, con tres naves y seis capillas laterales a
ambas.
La catedral se fue edificando con los bienes de la
iglesia y con la cooperación económica del pueblo.
Pero, aunque un poco tardía, la ayuda real empezó a
llegar en 1760. el atraso de la ayuda se debía por el poco
interés
que tenía el monarca en ayudar al obispo Marcellano en su
obra, por cuanto éste impedía los planes de
quienes, desde la corte de Madrid, conspiraban contra la
compañía de Jesús, siguiendo las directivas
de las logias, sin sospechar que estaban haciendo el juego a los
planes de la corte de Lisboa, que veía en las reducciones
jesuíticas un obstáculo insalvable al avance
portugués en América". Las obras, sin embargo, se
iban realizando, tanto que en 1758 se pudo inaugurar la llamada
nave de San Pedro, la que se halla a la derecha de la puerta de
entrada, y también el nuevo
bautisterio.
Don Cayetano Marcellano y Agramont, que tanto
había hecho por la nueva catedral en 1759 tuvo que dejar
el gobierno de esta diócesis por haber sido trasladado a
la sede arzobispal de Charcas. Su sucesor, el porteño
José Antonio Basurco (1760-1761) ocupó sólo
un año la sede bonaerense, pero hizo también su
obra contribuyendo a la prolongación del templo al donar
el terreno de una casa, contigua a la iglesia, pertenencia de su
hermana, doña María Josefa Basurco, tasado en 7.500
pesos, que pagó de su peculio personal.
Una dificultad sobrevino en 1770, en que al
detectarse grietas en cúpula, fue necesario proceder a su
demolición. Al cabo de siete años las obras
tuvieron que suspenderse porque también se había
suspendido la ayuda estipulada en 6.000 pesos. En 1778 fue
demolido el pórtico porque no concordaba con las
proporciones del edificio de la catedral; también fueron
demolidas las torres por no estar de acuerdo con el estilo del
templo.
Fue el penúltimo obispo de Buenos Aires,
don Manuel Azamor y Ramírez, quien puso cima a las obras
de nuestro templo catedralicio en lo que se refiere a lo
principal de él y lo inauguró el 25 de marzo de
1791, treinta y ocho años después de iniciada su
reconstrucción en 1753. La catedral fue consagrada en 1804
por el último obispo de la era hispánica don Benito
de Lué y Riega, quien se empeñó en agregarle
lo que aún le faltaba: el frontis y las torres. Las obras
se comenzaron en 1804, pero en 1807 tuvieron que suspenderse por
falta de fondos.
Pasados los años, independizado ya el
país de la Metrópoli, el gobierno de Martín
Rodríguez en la persona de su ministro Rivadavia puso un
gran interés en la conclusión de las obras de la
catedral. Al respecto, se sabe con certeza que las del frontis se
comenzaron el mes de enero de 1822. En este punto hay que salir
al paso de un error que ha tomado cuerpo entre nosotros. Se dice
que el encargado de terminar el templo, el francés
Próspero Catelin, al levantar la columnata del frontis
tuvo a la vista la de la Magdalena de París. Pero si
confrontamos una y otra, constatamos en seguida que en realidad
no fue así. En primer lugar, la Magdalena tiene ocho
columnas y la catedral de Buenos Aires doce. En segundo
término, las obras de la Magdalena se concluyeron el
año 1842 y por tanto no podía tomarse como modelo
lo que aún estaba por concluir en 1822. Según el
arquitecto Buschiazzo más bien parece que Catelin "se
hubiese inspirado en el Palais Bourbon, cuya fachada tiene
también doce columnas y que acababa de ser terminado por
el arquitecto Poyat en 1807". Las doce, columnas, número
con el que quiso representar a los doce apóstoles, se
concluyeron en 1823, aunque sin capiteles y sin las esculturas
del tímpano. Las columnas se revocaron tardíamente,
en 1862, y ese mismo año, el escultor francés
Dubordieu realizó esculturas del tímpano en que
representa al encuentro de José y sus hermanos,
alusión al encuentro de los argentinos después de
la batalla de Pavón en 1861. Las columnas son del orden
corintio.
Las elecciones por la vicepresidencia de la
Nación de 1954 demostraron que Perón
mantenía cómodamente el caudal electoral de
1951.
Esto demostraba que las criticas y las tensiones
generadas por la oposición no se transmitían a las
masa sociales, para quienes Perón conservara una imagen
paternal y benefactora.
Pero si el Líder
había gobernado con las masa, no podía
desentenderse de esa otra argentina que criticaba, evaluaba, y en
definitiva daba o reiteraba su apoyo en las esferas del poder
político, militar, económico y moral.
Pero se desentendió de la critica y se dejo
llevar por un circulo de aduladores cortesanos, comenzando
así la crisis. El
ministro de educación
Méndez San Martín fue autorizado por el presidente
para iniciar el adoctrinamiento peronista del estudiantado de
nivel secundario. Se creó así la U.E.S (
Unión de estudiantes Secundarios.) Con sus ramas
masculinas y femeninas. La organización dependía de
actividades deportivos y entretenimientos para los
jóvenes. La residencia espontánea de muchas madres
que a sus hijas concurrieron a la U.E.S , se unió la
organización por la Acción Católica y las
criticas eclesiásticas.
Se agrego a esto, en 1954 los primeros pasos para la
organización del partido Demócrata Cristiano que
podría llegar a capitalizar el favor de los medios
católicos.
Este doble asedio llevó a Perón a un
ataque directo contra la Iglesia, el 10 de Noviembre.
A esto siguió una ley que retiraba la
personería jurídica a todas las
asociaciones
Constituidas sobre la base de una
religión.
El sentimiento católico estaba vivo en la
Nación, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada
Concepción, se reunieron 200000 personas frente a la
Catedral dando un testimonio de Fe y adhesión a la
Iglesia.
Perón respondió poco después
suprimiendo los subsidios oficiales a las escuelas privadas,
autorizando el ejercicio de la prostitución, prohibiendo las reuniones en
espacios abiertos que no tuvieron previo permiso policial
clausurado el diario de tendencia católica " El Pueblo" y
sancionando intempestivamente la Ley del divorcio
vincular del matrimonio. La
campaña se completo con la eliminación de la
enseñanza religiosa y con el anuncio de una
enmienda profesional para separar la Iglesia del
Estado.
La lucha contra la Iglesia alarmo a muchos peronistas
católicos que tomaron distancia con el
régimen.
La posibilidad de un golpe militar comenzó a
barajarse y se renovaron los contactos con dirigentes
políticos.
La iniciativa partió esta vez de la marina y fue
encabezada por el contralmirante Toranzo Calderón. Su
partenaire militar era el general Bengoa. Pero el marino
sabiéndose descubierto por lo menos sospechado,
decidió lanzar el movimiento el
16 de Junio de 1955.
Entre tanto, otras novedades se habían producido
en el campo religioso. El 11 de junio, con motivo de celebrarse "
IL corpus chisti", contraviniendo las disposiciones policiales,
miles de personas se reunieron frente a la catedral y marcharon
hacia el Congreso.
Se acuso a los manifestantes de haber quemado una
bandera Argentina.
El 14 de Junio Perón públicamente acuso al
obispo Tato y al canónigo Novoa, y los obligo a
auxiliarse.
Al mismo tiempo fueron detenidos algunos sacerdotes,
casi toda la Plana Mayor de la Acción
Católica.
En ese ambiente Calderón lanzo su
revolución.
El objetivo era matar a Perón Los medios fueron
un ataque de infantería y de marina desde el puerto y el
bombardeo simultaneo a la casa de gobierno por la aviación
naval.
El ataque se transformo en una masacre de los civiles
que inocentemente transitaban por la Plaza de Mayo. Cerca de 1000
muertos y heridos fue el saldo de ese día.
Ala noche la ciudad fue sacudida por otro drama,
Grupos que no
fueron controlados por la policía incendiaron los templos
de Santo Domingo, San Francisco, y la Curia
Metropolitana.
El impacto de los sucesos fue tremendo, Perón
decidió cambiar la táctico, pero esta vez fue en
vano ya que luego fue derrotado por un golpe militar y
asumió la presidencia provisional el general
Lombardi
La Catedral: Monumento Histórico
Nacional
La administración de toda la Catedral, y su
atención pastoral, ha sido siempre responsabilidad del Cabildo de Canónigos.
Así lo fue en la Catedral hasta 1969, año en que
monseñor Juan Carlos Aramburu creó el cargo de
rectas para desempeñar ambas responsabilidades
designándolas al Cabildo.
Además de restaurar la Catedral a su antiguo
esplendor, el nuevo rector, Monseñor Daniel Keegan,
debió encarar la reforma del altar para adecuarla a las
exigencias de la nueva liturgia y Arte Sagrado ,
fue el de adoptar una estructura
moderna y funcional en lugar de la repetición de estilos
del pasado.
La obra, comenzada a fines de 1970, concluyo en el
año siguiente.
En Junio de 1984 se desmonto el antiguo altar de madera
tallada y dorada que se dono a la nueva Parroquia de Nuestra
Señora de Caacupe, frente al parque Rivadavia.
El gran crucifijo que lo precedía era destinado a
la casa de ejercicios El cenáculo de Pilar, Provincia de
Buenos Aires.
Considerando que la Iglesia Catedral Metropolitana es
Monumento Histórico Nacional por decreto Nro. 120412 de
Mayo de 1942, y sujeta a los términos de la Ley Nacional
Nro., 12665., a trabes del Servicio Nacional de Diseño
y pleno acuerdo de la Comisión Nacional de Museos y
Monumentos, a partir de 1973 se procedió a restaurar en
forma ininterrumpida el Templo y el Mausoleo del
Libertador.
Mientras en el interior de la Catedral proseguían
las obras, nada se adelantaba en el exterior.
Una espadaña fue erigida sobre el costado
izquierdo de la iglesia en 1802, y en ella se colgaron tres
campanas; en 1803 se agregó a esa pequeña torre un
balcón de madera, llegado a Buenos Aires en 1804, el
decimoquinto obispo, Monseñor Benito de Lue y riega, se
moviliza de inmediato para lograr la construcción del
frontispicio y de las dos torres. Al parecer, se prescinde del
diseño de Saa y Faria, y se encomiendan nuevos planos al
arquitecto español
Tomás Toribio, afincado en Montevideo, cuyo
neoclásico Cabildo está realizado.
Las obras empiezan hacia 1806, pero son suspendidas en
1807; cuando solo se han edificado tres varas de pared que
levantan las torres sobre el cimiento, y tres varas de pared
trabajada.
Se elevó al virrey marqués de Sobremonte
un memorial que explicaba que el nueve y medio de los diezmos que
se asignaban a la fabrica, impedían la continuidad del
edificio. Se solicitaba una donación de $4000 anuales para
construir las torres. El Virrey giró memorial el 25 de
junio de ese mismo año de 1804. El frontis y las torres se
comenzaron a levantar y continuaron hasta 1807 ya que el cabildo
eclesiástico acordó suspender las obras por falta
de dinero.
En el año 1821, en el gobierno de Martín
Rodríguez, el 10 de noviembre se firmo un decreto para que
se concluya el templo de la Catedral.
El 12 de noviembre de 1821, Rivadavia pidió al
cabildo eclesiástico que vendiera unas casas que
poseía la iglesia y las alhajas innecesarias para adquirir
fondos para la obra del frontis.
El pedido lo reiteró al año siguiente.
Finalmente acordaron que se suspenda la venta de las
casas pero ver la posibilidad de vender las alhajas.
Con motivo de las obras del frontis, el señor
Rivadavia proyecto construir un edificio de publica utilidad sobre el
terreno lateral de la iglesia que le esta contiguo por la parte
de este, cuyo valor seria
aplicado oportunamente a los fondos de la fabrica.
Las obras del frontis se iniciaron en el mes de enero de
1822, pero anteriormente, el 3 de diciembre de 1821 se traslada
al templo de San Ignacio la pila bautismal y todos los servicios
parroquiales. Se tomó esta medida porque también el
templo contó con arreglos en su interior.
La fachada de la Catedral Metropolitana responde al
estilo neoclásico francés.
Este movimiento arquitectónico, principalmente
dominado por ingeniosas estructuras y
expresándose en líneas geométricas tiene
preferente inclinación al volumen.
Se ingresa al atrio, sumamente angosto, a través
de una escalinata de cinco peldaños de mármol
blanco. Su piso esta revestido con baldosones negros y
blancos.
El peristilo es de docástilo, o sea, doce
columnas representando simbólicamente a los doce
apóstoles de Cristo.
En 1823 Rivadavia pidió precio en París
para fundir allí los capiteles y las bases de bronce, pero
su elevado costo hizo que desistiera. Por este motivo la
columnata permaneció sin revocar hasta el año
1862.
Las columnas, actualmente, son de fuste liso, carecen de
basa dando como resultado un edificio ancho y desproporcionado.
Estas fueron traídas de Francia por
vía marítima. Los capiteles son compuestos, con
características del estilo corintio. Fueron realizados por
Joseph Dubordieu hacia el año 1860. Sostienen un friso
decorado con guirnaldas y querubines. Por encima de este un
frontispicio triangular, el cual en su tímpano posee un
bajorrelieve que reproduce la llegada de Jacob y su familia a
Egipto y su
entrevista con
el emisario del faraón.
Anteriormente dicho frontis era una especie de
peinetón para soportar las dos torres que se planeaba
construir, pero que luego no se llevaron a cabo.
La composición escultórica del
tímpano es simétrica; se adapta al marco de
encierro que en este caso es de forma triangular. Para no
disminuir el tamaño de las figuras ubicadas en los
vértices inferiores del triángulo las han dispuesto
o arrodilladas o reclinadas de acuerdo al espacio de que se
disponía.
En la cara de la Catedral que da a la calle Rivadavia se
encuentran tres pórticos de gran altura, trabajados en
madera de cedro paraguayo.
En la esquina derecha del muro de la Catedral se
encuentra la lámpara votiva, que representa la llama de la
"argentinidad"que flamea perseverante sustentada a gas natural. Esta
fue fundida con el bronce de los cañones que San
Martín utilizo en sus batallas.
Debajo de dicha lámpara se puede leer una epopeya
de Bartolomé Mitre que hace alusión al General Don
José de San Martín y al Soldado Desconocido de la
Independencia.
La cual dice lo siguiente:
"Aquí descansan los restos del Capitán Don
José de San Martín y del Soldado Desconocido de la
Independencia".
¡Salúdalos!
La lámpara fue iluminada en 1948 por el
presidente Juan Domingo Perón.
En el muro frontal de la Catedral, de izquierda a
derecha, encontramos cuatro escudos:
- En el primer escudo hay una escritura en
latín que dice:
BENEDIC BREDI TATI TU AE, que significa "bendice la
herencia de tu
padre".
- En el segundo están simbolizadas las llaves
del reino; la tiara, que es el gorro papal; el cetro, que
simboliza el poder y el báculo que simboliza al
bastón que portan los obispos. - En el tercer escudo están simbolizados los
atributos arzobispales: el bastón y la cruz patriarcal,
la mitra (gorro de los obispos y arzobispos) y la estola
(ornamento litúrgico que pende del cuello). Estos tres
elementos significan autoridad,
poder y dignidad. - En el ultimo escudo se lee otra inscripción en
latín, que dice:
SALVUM FAC POPULUM UTM, que significa "saluda la paz
de tu pueblo.
En la esquina de Rivadavia y San Martín, en el
muro de la catedral se hallan dos placas que se refieren a
Bernardino Rivadavia. La primera dice: "Rivadavia del primer
triunvirato, ministro del gobierno de Buenos Aires, presidente de
la República Argentina".
La segunda dice: calle de las torres. De la plata.
Federación. Rivadavia.
En la parte inferior, en una hornacina, se encuentra una
pequeña imagen de Santa María de la Rábida,
protegida por una puertecita de vidrio. Fue
colocada allí en las fiestas del Patrono, San
Martín de Tours en el 395 aniversario de la
fundación de la ciudad: 11 de junio de 1975.
Esa pequeña imagen tallada en madera fue donada a
la Catedral por la Real Sociedad
Colombina de Huelva, España.
Santa María de la Rábida es la Patrona de
las Américas puesto que en el convento de ese lugar
onubense fue gestado el descubrimiento de
América.
En una placa se lee:
"Patrona de los americanos donada al la Catedral de
Buenos Aires por la Real Sociedad Colombina de Huelva
(España) por mediación del Intendente
Embrión dedicada al culto por el Arzobispo de Buenos
Aires, Juan Carlos Aramburu el 11-VI-1975. ¡Cristiano!
Saluda a la Madre de Dios con el Ave María."
En el atrio de la Catedral, en el suelo, frente a
la puerta central realizada en mosaicos oscuros se halla una
estrella de ocho puntas, la cual es denominada Cota
0.
Ella indica el punto de apoyo para la nivelación
de Buenos Aires; como tal figura en el código
de edificación. Por ejemplo en 1835 la "cota" era de
18,23m sobre la playa del río. Cuando se efectuó la
nivelación de las calles de la ciudad se tomo la altura
del peristilo de la Catedral como "Cota 0". Tengamos en cuenta
que a fines del siglo pasado el peristilo de la Catedral estaba
al ras de la calzada. La altitud de la calle Rivadavia como la de
Plaza de Mayo fue rebajada. Lo que se rebajo ha quedado
señalado por las cinco gradas de la escalinata que fue
necesario agregar al umbral del templo.
El código de Edificación es el manual
fundamental para construir en la ciudad de Buenos Aires.
Allí se establecen las reglas que se relacionan con el
espesor de las medianeras, la altura de los edificios en ciertos
lugares, profundidad de los cimientos, etc.
El punto de mayor altura de la Capital
Federal está en Villa Devoto, en las cercanías del
deposito de Obras Sanitarias de la Nación: a 38n metros
sobre el nivel del mar. El punto mas bajo se ubica debajo de la
calle Salguero.
En la parte superior del edificio, podemos observar, al
no estar adosada a los muros de la Catedral, la Cúpula,
ubicada sobre el altar mayor, revestida con mayólica de
losa común y cubierta con esmalte metálico italiano
con colores celeste,
azul y blanco. Cuenta con ocho ventanas, cuatro sobre el tambor y
cuatro debajo del mismo; rematada por una cruz de hierro
forjado. Al mismo tiempo podemos observar la cúpula del
mausoleo del General Don José de San
Martín.
Plano Interior de la Catedral
Aspecto Interior de la Catedral
Metropolitana
La Iglesia Mayor de Buenos Aires si bien se encuadra
dentro de las características del renacentismo italiano
presenta elementos de estilos neoclásicos y
barrocos.
Este eclecticismo se debe a las sucesivas modificaciones
de la que fue objeto durante la larga historia de su
construcción y ornato.
Ornamentación
Pisos de la Catedral:
En sus comienzos, en el interior de la misma quien la
habitaba eran solo las imágenes
de sus altares.
El piso se proyectó hacerlo de piedra labrada, la
que fue encargada a una Compañía de Bilbao, al
igual que la reja del baptisterio, todo pago, pero nunca
llegó.
El 14 de Junio de 1802, Don Faustino José Bozo,
mayordomo de la Catedral informaba al Cabildo Eclesiástico
que: Su Señoría Ilustrísima, el obispo me
dio la orden para que se enladrille el piso de la entrada del
templo.
Ante distinguidas personalidades, el suelo era cubierto
con alfombras, tanto el peristilo como el de la crujia. En aquel
entonces era costumbre sentarse en el piso y las Damas de la Alta
Sociedad llevaban su sirvienta negra, que la servía con
una alfombrita o esterilla.
En 1835, fue cambiado el antiguo piso del templo. El
Gobernador Juan Manuel de Rosas mandó a colocar lozas de
mármol.
En 1907 se retiraron las lozas, debido a las malas
condiciones en que se encontraban. En su lugar, en la nave
central y en las laterales se puso un piso de mosaico veneciano,
contratando a una firma de Londres, el cual se basó sobre
un dibujo
original del Arquitecto Carlos Morra. En el medio de la nave
central se destaca en un círculo la conjunción de
elementos de La Pasión de Cristo, como: espinas, clavos,
flor pasionaria y lirios.
Técnica del Mosaico
Veneciano:
Consiste en la fijación de teselas,
pequeños trozos de materia dura,
como pasta de vidrio, mármol, esmalte dispuestos
según motivos geométricos o figurativos, formando
guardas, dibujos o
superficies lisas.
En 1888 fue preocupación del Arzobispo
Monseñor Aneiros dotar a la Catedral de torres y
campanarios, de los que carecía.
Las torres y campanarios fueron incorporados a la
arquitectura religiosa cristiana como una derivación de
los coronamientos almenados y también de los edificios
secundarios, de pequeñas proporciones que se levantaban
adosados a los templos.
En la época Románica se estiló
situar una sola torre-campanario en el crucero o cerca del
crucero, separado del edificio, en forma de espadaña y
torreón. Durante el gótico, las torres ojivales se
incorporaron al cuerpo de la iglesia y asumieron esas formas
sutiles y gigantescas verdaderas agujas que se pueden ver en las
Catedrales de ese periodo.
Las torres se hallan rematadas con una cruz, estandarte
y blasón de los cristianos. En nuestra Catedral al carecer
de campanario, la cruz se halla coronando el
cupulín.
Actualmente puede verse desde la Av. Rivadavia, al
costado del moderno edificio de la Curia, una espadaña de
la que cuelgan dos de las antiguas campanas de la Catedral, data
de 1802.
Inicialmente la iluminación de la Catedral
debió realizarse con los pocos medios que había en
la época: velas y lamparas a combustión.
Las capillas eran iluminadas por linternas colocadas en
la parte posterior de la misma. Los vitreaux eran otro medio de
iluminación, colocados en el entorno de la
construcción.
Al avanzar época, ya contando con la luz
eléctrica, se colocaron seis arañas de cristal con
motivo de la festividad de San Martín de Tours, la
Catedral estrenó en 1849, una araña de cristal de
36 luces colocadas bajo la media naranja por orden de Rosas. En
1904 se iniciaron en el interior del templo obras de
decoración, por lo cual las arañas fueron retiradas
y donadas a distintas iglesias.
Las que estaban en la Capilla de Dolores y San Pedro las
llevaron a la Iglesia de San Cristóbal.
Las del Crucero de Santa Lucía a la Isla
Martín García, las restantes fueron regaladas a
distintas iglesias, ya que corrían el peligro de quedar
deshechas sin que se las utilizaran.
Actualmente la iluminación se realiza a
través de spots y apliques dispuestos en todo el
recinto.
En la nave central se encuentran aproximadamente 2200
lámparas eléctricas y 228 tubos en los laterales y
capillas. La iluminación estuvo a cargo del Ingeniero
Jorge Newbery y las instalaciones culminaron en el año
1911.
Bancos y
sillería:
En sus principios la Catedral no tenía ni
bancos, ni
reclinatorios. El día de la inauguración, 25 de
Marzo de 1791, fueron colocadas sillas de terciopelo
carmesí, en la Capilla Mayor para el Virrey, Real
Audiencia y Tribunal de Cuentas; bancos
de madera para el Cabildo Secular.
También se colocaron cuatro órdenes de
bancas, dos a cada lado de la Crujía o vía sacra,
desde el coro capitular hasta la capilla mayor para las cuatro
Comunidades de religiosos existentes en la Ciudad.
Los superiores eclesiásticos fueron colocados en
sillas delante del coro capitular. Recién en 1835 se
colocan los bancos reclinatorios, realizados en nogal.
Hacia 1910 se agregan treinta bancos más del
mismo material.
La sillería utilizada por los Canónigos
durante la misa era realizada en cedro. También el Trono
Arzobispal.
Luego de unos años, mientras se realizaba algunos
trabajos de ornamentación, surgió un pleito entre
el Cabildo Eclesiástico y la comisión de obras. Su
motivo fue precisamente la Baranda que rodea la cornisa alta de
la nave central. Se consideró que esta baranda
tenía poca importancia artística.
Al desaparecer habría de darle mayor
majestuosidad a la nave y a los cruceros.
Además cortaba el panorama visual de las pinturas
que al reflejarse en ellas la luz artificial, les hacía
sombra. En toda la extensión de la cornisa se
colocó un pasamano de hierro a 10cm de la pared y se
pensó en hacer que las ventanas se abrieran hacia
afuera.
Los Sres. Canónigos, recordando que un
electricista al entrar por una de las ventanas, tropezó y
fue a dar contra las barandas, sin cuya existencia se hubiera
caído, por ello se mantuvieron firmes en su primer fallo,
el de no suprimir la custodia de la baranda.
Confesionarios:
Son lugares donde se ubica el sacerdote para oír
las confesiones de los fieles. Consisten en dos tableros con
celosías que sostienen un asiento y por delante se ubica
la puerta.
Tienen características del estilo barroco y son
originarios de las Misiones Jesuíticas, que datan del
siglo XVIII. Se distinguen por su forma circular, son de madera
de cedro paraguayo.
La ranura que se observa en estos confesionarios era
para que los fieles dejaran limosnas.
Órgano
Mayor:
El 27 de Agosto el Deán Aneiros presentó
al Cabildo un Proyecto de encargar un Órgano para la
Catedral.
Afirmando: “que si al Cabildo le parecía bien
podían pedirse cartas de limosna
a personas que pudiesen dar´´
Aprobado esto, en cumplimiento de este mandato el
Deán Aneiros acudió a las obligaciones
de la piedad cristiana y con la colaboración de
Félix Frías llegaron a reunir 400.000 pesos, que
fue el costo de dicho órgano.
Sus maderas fueron traídas de Bavaria por la casa
alemana Walker, se empezó a construir en 1870 y se
terminó en 1874, fue realizado en nuestro país.
Actualmente su valor es incalculable, debido a que es el
único en Sudamérica y por su antigüedad, para
afinarlo es necesario contar con tres
personas. Una para tocar las teclas, otra para acomodar
las teclas con el tubo y la última para escuchar las
notas. El tubo mayor tiene 8m. y es el más grave, mientras
que el más agudo mide 6m.
Este órgano se puede utilizar actualmente, dado
que se encuentra en perfectas condiciones.
Órgano
Menor:
Como Decreto de Gobierno del 1 de Julio de 1822, fue
suprimido el Hospital de Santa Catalina, trasladándose a
la Catedral. El Cabildo Eclesiástico determinó que
fuera colocado en el arco toral de la Capilla de San
Martín de Tours, donde se descubriese el Altar
Mayor.
Más tarde, en 1857, el Obispo Escalada propone al
Cabildo la adquisición de un órgano correspondiente
a la magnitud del templo. En 1868, es el Cabildo el que vuelve a
reiterar la necesidad de adquirir un órgano.
La tarea, le corresponde al Deán León
Federico Aneiros, conjuntamente con la construcción de dos
torres.
En 1879, se creó una Comisión encargada
del adelantamiento material de la Iglesia, y esta luego de ser
consultada por el Arzobispo, decide colocar el órgano en
la tribuna del Presbiterio.
Al igual que el órgano mayor, fue adquirido en la
casa alemana Walker.
Púlpitos:
Son de planta octogonal con tornavoz (techo) y remate
inferior en forma de pirámide. Fueron realizadas por el
tallista Juan Antonio Gaspar Hernández entre 1789 y 1790.
En ellos el artista volcó sus tendencias
neoclásicas, lo cual se nota en la presencia de
líneas rectas, aunque manteniendo el perfil ondulante de
las tribunas. A pesar de su inclinación clásica se
observan detalles decorativos del estilo
rococó.
Su valor histórico aumenta por ser su autor el
primer director de la Escuela de Dibujo
establecida por el real consulado en 1799.
Los púlpitos se encuentran al finalizar la nave
central a una altura conveniente para predicar desde ellos,
cantar las epístolas, predicar el evangelio, comunicar a
los fieles cosas de interés y realizar otros ejercicios
religiosos.
Ambos púlpitos se encuentran ubicados en la parte
superior de las columnas, frente al altar.
Vitreaux:
Se cree que hacia el año 1890 se adquieren los
seis vitreaux del presbiterio. Algunas de las personas que
aportaron dinero para la inversión de estos vitreaux fueron Pedro y
Tomás de Anchorena; los de la cúpula y el crucero,
la Sra. de Miró y el Sr. Basualdo, entre otros.
Técnica del
Vitreaux:
Consiste en armar imágenes con pequeños
trozos de vidrio de color y grosor original, unidos mediante
líneas de plomo. Se utilizan para cubrir ventanales o
rosetas decorativas en edificios o templos.
Coro Capitular:
En 1780, se traslada el Coro Capitular que se hallaba en
la puerta de la Iglesia y mezclado el Clero con los seglares a
espaldas del Altar Mayor.
En 1790 manifestaban los Señores Capitulares que
para completar el adorno del coro restaba dar providencia para
construir la reja que ha de cerrarlo y formar la Vía
Sacra, desde ella hasta la Capilla Mayor.
En 1804 se trasladó momentáneamente al
presbiterio debido a obras efectuadas en el sitio donde se
encontraba.
En 1892 tras nuevas obras en el interior del templo, el
coro se trasladó provisoriamente a su lugar de origen, la
entrada de la Catedral. Con motivo de las obras de
ornamentación que se hicieron desde 1904, el ebanista
Carlos Cascarini, construyó el actual coro
capitular.
Vía
Crucis
En la Catedral Metropolitana, el Vía Crucis se
inicia en la pared lateral izquierda del Altar de la Virgen de
los Dolores.
Consiste en cuadros pintados al óleo por el
artista Domenghini, y pertenecían originalmente a la
Basílica del Pilar.
Luego de recorrer toda la nave izquierda, las paredes
posteriores de la nave central y la nave derecha el Vía
Crucis termina en la Capilla de San Pedro
Apóstol.
El Vía Crucis se representa en 14 estaciones, en
que se recuerdan la Pasión, Muerte y
Resurrección de Cristo, en el camino de Jesús hacia
el Monte Calvario, lugar donde fue crucificado.
Primera Estación:
Jesús se halla en la casa de Poncio Pilatos,
donde es rigurosamente azotado. Pilatos lo sentencia a muerte y
se le coloca la corona de espinas.
Segunda Estación:
Representa el momento en el que Jesús carga la
cruz sobre sus espaldas y emprende el camino hacia el Monte
Calvario.
Tercera Estación:
Representa la primer caída de Jesús
durante el trayecto.
Cuarta Estación:
Momento en el cual Jesús se encuentra con la
Santísima Madre María muy acongojada.
Quinta Estación:
Le piden a Simón que los ayude a cargar la cruz
de Jesús temiendo que este muriera en el camino por el
gran peso de la misma.
Sexta Estación:
Se presenta Verónica y viéndolo a
Jesús tan fatigado y con su rostro oscurecido por el
calor, polvo,
saliva y bofetadas recibidas decide quitarse un lienzo y
limpiarlo.
Séptima Estación:
Jesús cae por segunda vez a causa de una llaga
muy profunda en el hombro.
Octava Estación:
Un grupo de
mujeres lloran desconsoladamente al ver pasar a Jesús tan
injuriado.
Novena Estación:
Jesús cae por tercera vez hasta llegar a tocar el
suelo con la boca, quiere levantarse y no puede, vuelve a
caer.
Décima Estación:
Jesús llega al Monte Calvario donde lo desnudan y
le dan a beber vino con miel.
Décima Primer Estación:
Jesús es clavado en la cruz. Su madre siente que
ya no soporta el dolor al escuchar el primer golpe de martillo.
Le vuelven a colocar con crueldad la corona de
espinas.
Décima Segunda Estación:
Jesús muere en la Cruz.
Décima Tercer Estación:
José y Nicoleus bajaron el Santo Cuerpo de la
cruz y lo pusieron en brazos de su madre.
Décima Cuarta Estación:
Jesús es colocado en un sepulcro.
El
Panteón
Existió siempre en la Catedral una cripta en la
que se enterraron no solo a los Obispos y Canónigos, sino
también a ilustres personajes y dignatarios
civiles.
Luego se convertirían en capillas
subterráneas que se denominan confesión.
La cripta de la Catedral de Buenos Aires se haya debajo
del Altar Mayor. Generalmente la cripta está cerrada y se
abre el 2 de Noviembre (día de los Difuntos), para
celebrar la misa en un sencillo altar.
Nave Lateral
Derecha
El techo de esta nave, al igual que el de la nave
izquierda es de bóveda vaida y aristas, alternadamente,
cargando sobre pilares cruciformes, articulados con dos pilastras
corintias por el frente.
Está totalmente decorado con pinturas al
fresco.
Frescos:
Pigmentos mezclados con agua, que se aplican sobre una
pared con revoque fino y sobre ella se pinta con estos
materiales. Se seca rápidamente, no hay que dar una
segunda mano, dado que este se corre y se pierde el trabajo
realizado anteriormente.
Características de las
Capillas:
Las primeras tres capillas de la nave derecha al igual
que la quinta y sexta capilla, presentan características
semejantes al estilo neoclásico. Los altares son de
mármol blanco de carrara, las columnas que las sostienen
son de características corintias, con capitel y base de
bronce y fustes trabajados con mármoles de distintos
tonos.
Las paredes están estucadas con una mezcla de
yeso, mármol pulverizado, cal y adornadas con aplicaciones
de la técnica del dorado a la hoja.
Otra característica es que todas las capillas se
comunican entre si, todas se comunican internamente incluido el
Mausoleo por medio del nartex del mismo.
Primera Capilla de la
Derecha
San Luis Gonzaga – Nuestra
Señora
de Guadalupe
Pertenece a San Luis Gonzaga (Jesuita), nació en
1568 y murió en 1591.
Este santo está reproducido en un óleo, de
características neoclásicas, efectuado por el
Italiano Capranesi, en Roma 1909, el óleo está
situado en el centro de la capilla, sobre el altar.
Este altar es de mármol blanco, accedemos a
él por medio de tres peldaños, en la parte inferior
hay 4 columnas de color negro que lo sustentan.
Las paredes están estucadas con la mezcla de
yeso, mármol pulverizado, cal y cola.
En la derecha está la imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe y a su lateral un mapa de
América, destacándose el itinerario que
realizó en su peregrinación por el
continente.
A la izquierda del altar se ubica un candelabro
realizado en bronce.
En la parte superior de la pared lateral izquierda del
altar se puede observar un escudo con el cáliz y la hostia
que simbolizan a la Eucaristía. En la pared derecha se
encuentra otro escudo con una cruz.
En las cuatro esquinas superiores del recinto se hallan
pintados cuatro ángeles, cada uno en distintas
posiciones.
Esta capilla posee luz artificial, pues su luz natural
se perdió al haberse construido sobre la misma,
habitaciones para el clero.
Las inscripciones que están en el altar,
están realizadas en el dorado a la hoja, es una de las dos
capillas que cuenta con este tipo de técnica, la otra es
la primera capilla de la izquierda ingresando a la Catedral, el
motivo principal es la falta de presupuesto, ya que conservar
esta técnica es demasiado costosa.
Se accede al segundo altar, por medio de una puerta
interna, encima de ella hay una figura de un
querubín.
Historia de San Luis Gonzaga:
Nació en 1568 en Lombardia, Italia.
Descendiente de una ilustre familia, su padre era el
príncipe del Sacro Imperio, por lo tanto se
crió en palacios.
A los 8 años dio votos de castidad perpetua, a
los 11 sufrió una enfermedad renal y dedicó su
tiempo de reposo a la oración y a la reflexión, a
los 13 hacía ayunos de pan y agua y mortificaba su cuerpo
tres veces al día.
En 1585 entró a la Compañía de
Jesús, donde se dedicó por completo a su vida
espiritual.
En 1591, atendió enfermos durante la epidemia de
la fiebre, en la cual se contagió y más tarde
murió a causa de ella.
Fue canonizado por el Papa Benedicto XIII, sus restos se
encuentran en la Iglesia de San Ignacio, en la Ciudad de
Roma.
Es el Patrono de la Juventud,
protector de los estudiantes y Santo Patrono de las Instituciones
Militares.
Se lo conmemora el 21 de Junio.
Historia de Nuestra Señora de
Guadalupe:
La Virgen Santísima se apareció en el
Tepeyac al Beato Juan Diego en 1531. Como prueba de su visita la
Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar aparecieran
preciosas rosas de Castilla y que su imagen se quedara
permanentemente en la tilma de su siervo.
Patrona de México.
Se la conmemora el 12 de Diciembre.
Segunda Capilla de la
Derecha
San Juan Nepomuceno – Santo
Cristo del Gran Amor
Perteneciente a San Juan Nepomuceno y Santo Cristo del
Gran Amor.
San Juan Nepomuceno está representado en una tela
pintada al óleo, por el artista Capranesi, en Roma en
1909, en el óleo se observa que el Santo se encuentra
suspendido, dando la sensación de que estuviera falto de
peso. Está vestido de sotana negra, un sobrepelliz, con
una estola morada. Frente a él se hallan dos
ángeles sosteniendo un libro.
En la parte superior del óleo, en el centro, se
puede observar una paloma la cual representa al Espíritu
Santo.
En el centro del altar se encuentra un escudo con los
símbolos papales, que son las llaves de San Pedro y el
gorro papal, las columnas son realizadas del mismo material que
los anteriores.
En ambas paredes laterales se puede observar, en la
parte superior un escudo con el cáliz y una hostia,
representando la sangre y el cuerpo de Cristo y en la otra una
cruz que simboliza la muerte del
mismo.
Historia de San Juan
Nepomuceno:
Nació en 1345, en la aldea de Nepomuk, de
ahí su nombre, aunque el verdadero apellido era
Wolfen.
Tuvo cargos eclesiásticos en Praga, hasta llegar
a ser vicario general de esta ciudad y confesor de la
reina.
Wenceslao IV, Rey de Bohemia sancionó a San Juan
por no haberle confesado los secretos y pecados de la reina, fue
atado de pies y manos, y arrojado del puente que atravesaba el
río Maldova, muriendo en 1393.
Sus restos se encuentran en la Catedral de San Vito y
fue canonizado por Benedicto XIII, en 1729. Se lo invoca en
contra de las inundaciones, las calumnias y la ruptura de los
puentes.
Se lo conmemora el 16 de Mayo.
Santo Cristo del Gran Amor
Esta Talla fue encargada por el futbolista Daniel
Bertoni y Hector Scotta, ambos jugadores del Seleccionado
Argentino del Campeonato Mundial 1978 en el cual Argentina se
corona Campeón. Esto ocurre por una promesa que
habían hecho todo el plantel si éste se consagraba
campeón.
Por este motivo, en el año 1980 el rector de la
Catedral que era Monseñor Keagan, viaja a Sevilla y se
queda fascinado con la imagen del Cristo Nazareno.
Por iniciativa de esto jugadores, mandan a tallar esta
imagen que hoy podemos apreciar. Esta imagen se encuentra tallada
en cedro libanés y llega a la Catedral en 1980.
Un dato curioso, es el que paso en una
celebración de la misa de Jueves Santo, donde una
señora se colgó de uno de sus brazos, produciendo
la ruptura del mismo.
Como ocurre todos los años en Semana Santa, esta
no fue la excepción, los mismos futbolistas que mandaron a
tallar esta imagen, más algunos jugadores más
jóvenes sacan esta imagen de la Catedral para llevarla
alrededor de la Plaza de Mayo, representando un Vía
Crucis.
Tercera Capilla de la
Derecha
Nuestra Señora de la
Paz
Accedemos a través de 3 peldaños de
mármol, en la parte inferior sostienen el altar 4 columnas
de fuste liso, capitel compuesto, el altar está construido
de mármol blanco, con detalles en bronce y posee
características neoclásicas, delante del cual y
formando parte de ellas, se encuentra el escudo papal.
A ambos lados del altar, ubicamos candelabros de hierro.
A cada lado de estos dos banderas la de la derecha: es de
Bolivia y la
de la izquierda es de Argentina. Recuerdo de la flia. Flores
Molina.
En la pared lateral izquierda, encontramos una placa de
mármol, la cual conmemora a Don Joaquín del Pino y
Rozas – Mariscal del Campo de los Reales
Ejércitos.
En este altar se venera una vieja imagen fundadora de la
Catedral. Fue traída desde el Alto Perú, a mediado
de 1751 por el Obispo Marcellano y Agramont. Hoy mausoleo del
General San Martín, allí perduró hasta 1878,
en ese año fue puesta bajo el primer arco de la nave de
San Pedro, junto a la puerta de entrada al templo,
permaneció hasta 1899, en este año el Arzobispo
Uladislao Castellano le
edificó un nuevo altar en la Capilla que antiguamente
había sido usada de baptisterio, es decir, la primera
entrando por mano izquierda.
Durante la obra de construcción de esta Capilla,
la talla de Nuestra Señora de la Paz, fue sustituida por
un óleo, pintado en Roma por Capranesi.
Fue entonces, cuando el Padre Barbarosa, la pidió
y obtuvo en 1910, fue llevada a la capilla de San Javier en
Córdoba. Años después esta Capilla fue
destruida por las crecientes del arroyo próximo a
ésta, y la talla volvió a la Catedral Metropolitana
y por ende se formó una comisión para darle un
lugar definitivo a esta imagen, la cual culminó
ubicándola en la tercer capilla.
En 1952, el Cardenal Copello la coronó
solemnemente y al año siguiente hizo lo propio con la
talla del niño que descansa en regazo de Nuestra
Señora de la Paz.
En la imagen se observa a la izquierda al niño
Jesús y a la derecha un ramo de lirios, símbolo de
pureza, ella se destaca una gran belleza; su cara es de madera
policromada, sus ojos de cristal y sus cabellos
naturales.
Esta Imagen es de vestir y su vestimenta es de raso
blanco bordado en hilo de oro y en su parte inferior se encuentra
bordadas las banderas de Argentina y Bolivia.
Situado en el marco izquierdo de la entrada, se
encuentra una placa que dice:
´´La Santa Imagen de Nuestra Señora
de la Paz, que aquí se venera, fue traída de
Bolivia, por el Obispo de Buenos Aires Don Cayetano Marcellano y
Agramont el cual empezó el edificio de la Catedral en 1750
y para conservar dicha imagen erigió en ella una capilla
especial que se hallaba donde actualmente se encuentra el
Mausoleo del Gral. San Martín, siendo luego llevada a
diversos sitios, por indicación del Arzobispo de Buenos
Aires, Cardenal Juan Carlos Aramburu.
Historia de Nuestra Señora de la
Paz:
Se originó en Toledo, España, a fines del
siglo VI.
San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, se dirigió un
día a la catedral y al abrir la puerta se encontró
con un gran resplandor que provenía del altar,
caminó como pudo hasta allí y se sorprendió
con la imagen de la Virgen que se encontraba sentada en su
trono.
Esta le habló dulcemente y le entregó una
casulla, para luego desaparecer.
Mausoleo del General San
Martín
Nartex del Mausoleo:
Esto era una Capilla y podemos apreciar a la entrada un
arco de medio punto, antes había una pared que marcaba que
hasta aquí llegaba la antigua capilla de Nuestra
Señora de la Paz.
A la derecha se puede apreciar una réplica de la
Bandera del Ejercito de los Andes, la original se encuentra en
Mendoza, ésta es de forma rectangular de 1.45cm de alto
por 1.22cm de ancho, es de raso , dividida en dos franjas
paralelas, blanca la superior y celeste la inferior. Al frente
posee un escudo ovalado, dos manos que se cruzan y se estrechan
sosteniendo una pica, la que a su vez sostienen en su extremo
superior un gorro frigio. El escudo está rematado por un
sol naciente y lo orean dos ramas de laurel que ascienden hacia
ambos lados.
Esta bandera fue jurada solemnemente en Mendoza el 5 de
Enero de 1817, en vísperas de partir a Chile.
La puerta original es de hierro y bronce con una
particularidad, esta puerta está engarzada (no tiene
soldadura)
A ambos lados de ésta se encuentran dos
granaderos custodiando este lugar. Pertenecen al cuerpo de
Granaderos a caballo de San Martín, los cuales tienen un
cambio de
guardia cada dos horas y quienes vienen a reemplazarlos son los
que están en la Casa de Gobierno.
La bandera argentina
Está compuesta por tres franjas horizontales de
igual tamaño, la superior y la inferior de color azul
celeste, y la central blanca; en el centro, un sol amarillo
oro.
La bandera argentina fue creada por Manuel Belgrano el
27 de febrero de 1812, durante la gesta por la Independencia de
las Provincias Unidas del Río de la Plata; Belgrano
tomó los colores de la escarapela que ya estaba en uso. La
primera vez que la bandera se izó en Buenos Aires fue el
23 de agosto de 1812, en la torre de la iglesia de San
Nicolás de Bari, donde hoy se encuentra el
Obelisco.
La Asamblea de 1813 promovió en secreto su uso,
pero no produjo normas escritas al respecto. El Gobierno no
deseaba insistir en ese momento con símbolos
independentistas.
Tras la declaración de independencia el 9 de
julio de 1816, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como
símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816; el
Congreso le agregó el sol el 25 de
febrero de 1818.
El 8 de junio de 1938, con aprobación del
Congreso, el entonces Presidente de la Nación, Roberto M.
Ortiz, promulgó la ley 12361. Esta dispone que el 20 de
junio es el Día de la Bandera y lo declara feriado
nacional, como homenaje a Manuel Belgrano (fallecido el 20 de
junio de 1820).
El sol
El sol que aparece en el centro de la franja blanca es
una réplica del que estaba grabado en la primera moneda
argentina, aprobada por Ley de la Asamblea del año 1813.
Es de color amarillo oro, con bordes negros, y de él salen
32 rayos: 16 rectos y 16 ondulados, dispuestos
alternadamente.
El escudo argentino
En enero de 1794, por Real Cédula, la Corona de
España erigió el Real Consulado de Buenos
Aires. Al frente del edificio se colocó su escudo, el
primero con los colores celeste y blanco que se haya utilizado en
Buenos Aires. El Secretario del Consulado, Manuel Belgrano, fue
después el creador de la bandera argentina. Esos colores
representaban probablemente a la Patrona de las Indias, y
coinciden con los colores de la Orden de Carlos III, puesta bajo
la advocación de María Santísima.
Manuel Belgrano hizo estampar un escudo muy similar al
actual en el estandarte bendecido en Jujuy el 25 de mayo de 1812,
y que luego fue depositado en el Cabildo de dicha
ciudad.
En cuanto a la oficialización, sin embargo, el
escudo nacional argentino se origina en el sello usado por la
Soberana Asamblea General Constituyente de 1813. Hasta que se
instaló la Asamblea, el 31 de enero de 1813, no
existía un sello para legalizar los actos gubernamentales,
pues venían utilizándose los sellos de las armas
reales que se estampaban en los documentos durante el Virreinato.
Ante tal necesidad, la Asamblea comenzó a utilizar un
sello propio, inspirado en un modelo que compuso en 1812 el
peruano Antonio Isidro de Castro por disposición de
Bernardino Rivadavia y que le había sido presentado al
Primer Triunvirato.
Se supone que la adopción
sucedió en las primeras sesiones de la memorable Asamblea,
pues ya en un decreto del 22 de febrero de 1813, firmado por
Alvear y Vieytes, aparece el escudo en un sello de lacre. La
primera mención expresa data del 12 de marzo del mismo
año, al disponerse que el Supremo Poder Ejecutivo (el
Segundo Triunvirato) usase el mismo sello que la Soberana
Asamblea, con la única diferencia de la inscripción
correspondiente alrededor de los atributos. Otro decreto, fechado
el 27 de abril, asigna ya carácter
de emblema nacional a ese sello, al ordenar que las armas del rey
fijadas en lugares públicos o que figuren en los escudos y
banderas de algunas corporaciones sean sustituidas por las
armas de la Asamblea (el escudo).
Su forma definitiva quedó fijada en 1900 por
Estanislao S. Zeballos, en esos momentos Ministro de Estado; y su
arquetipo, establecido en el Decreto 10.302, dictado en Acuerdo
General de Ministros el 24 de abril de 1944.
Descripción y significado
Su forma es oval; su campo está dividido en dos
cuarteles: el superior, azul celeste, representa la Justicia, la
Verdad, la Lealtad y la Fraternidad; el inferior, blanco, es
símbolo de Pureza, Fe, Hidalguía, Integridad,
Firmeza y Obediencia.
En el cuartel inferior dos brazos diestros desnudos,
entrelazan sus manos, representando la unión fraternal de
los hombres y de los pueblos, sostienen una pica símbolo
de la Autoridad, el Mando, la Dignidad y la Soberanía, en cuyo extremo y ya sobre el
campo superior, se ubica un gorro frigio que representa la
Libertad, la Igualdad y el
Sacrificio.
A ambos lados del escudo, dos guías de laurel, en
símbolo de Victoria y de Gloria, unidos bajo el
blasón con un lazo de cinta con los colores
nacionales.
En la parte superior, un sol naciente, en oro, con rayos
flamígeros y rectos alternados, representa la Verdad, la
Majestad y la Prosperidad y posee el sentido de una nueva
Nación que surge al concierto universal, plena de
esplendor y de gloria, pura y radiante como el Sol, cuyo deseo es
vivir luminosamente, en eterno amanecer.
Descripción del Monumento y del
Recinto:
Un gran arco de medio punto da entrada a la Capilla,
coronada por una cúpula, que tiene en el vértice
una abertura para el paso de luz exterior.
El Monumento costa de tres partes fundamentales, todas
realizadas en mármol, los encontramos en la parte inferior
y los basamentos individuales que son tres alegorías
femeninas, representando cada uno de los países que
liberó el Gral. San Martín, lucen amplias y
plegadas vestiduras.
Fue construido con mármoles policromos, con luz
cenital y base rectangular del granito.
El cuerpo central del monumento está realizado en
mármol rojo imperio y rojo de Francia, en la parte
superior se encuentra un sarcófago realizado en
mármol negro belga, como elemento neoclásico, con
reminiscencias de la antigüedad greco-romana, sobre
éste asoma el capote realizado en bronce y un sable del
mismo material.
En este caso el monumento está presidido por la
alegoría que representa a la República Argentina,
simbolizada en este caso por fajo de trigo y las cadenas rotas
que simbolizan la ruptura de España, ubicada a la puerta
de entrada como imponiendo a todo aquel que la traspase respeto a la
muerte.
Al pie de la imagen, en la parte media, se puede
observar en un alto relieve el
escudo de la República Argentina y una breve gesta del
Libertador.
Hacia la derecha, en la parte media se puede observar
una de las cuatro absidiolas (ábside más
pequeña), que se colocó en el recinto en 1909y
están realizados en bronce y debajo de ella se puede ver
una placa de mármol recordando la llegada a la ciudad de
Lima para liberación del Perú en la batalla de San
Lorenzo.
Observando el monumento hacia la derecha, nos
encontramos con la segunda alegoría que representa a la
República de Perú, simbolizada con un pico, por ser
Perú un país netamente minero. Se repite el alto
relieve con el escudo de Perú y una breve reseña
del Libertador. Frente a este se encuentra la urna realizada en
bronce que contiene los restos del Gral. Juan Gregorio Las Heras,
ésta fue traída a la Catedral en 1906, obsequiada
por el pueblo chileno. Hoy se puede apreciar a la derecha, frente
a la estatua que representa al Perú, coronada por la
figura de un cóndor en vuelo.
A continuación nos encontramos en la parte
posterior del mausoleo, frente a un alto relieve que evoca la
batalla de Chacabuco. Es obra de Carrier Beleuse, inspirada en un
cuadro de un francés llamado Jericó.
Los restos del Gral. llegaron al muelle de las Catalinas
Norte el 22 de Mayo de 1880. El féretro fue colocado sobre
una parihuela cubierta por la bandera de los andes bordada con
hilos de oro donde se leen las siguiente
inscripciones:
San Lorenzo – Maipú – Paso de los
Andes – Lima – Unión –
Libertad
Al féretro lo recibe Domingo
Sarmiento.
En el cortejo fúnebre estaban presentes: Mitre,
Avellaneda, Bernardo de Irigoyen, los hijos de Tomás
Guido, los Regimientos de Infantería, Artillería,
etc.
En la Catedral los restos los recibe el Arzobispo
Aneiros. La capilla aún no estaba terminada y sus restos
fueron depositados en la cripta de los canónigos.
Permaneció hasta el 27 de Agosto de 1880, día en
que el féretro fue colocado, no en el sarcófago que
corona al monumento, sino en el cuerpo central, donde
debió ubicarse de manera inclinada, al realizarse dicha
estructura no estaba estipulado el tamaño del
ataúd.
Al salir de Francia, el cajón estaba estropeado
por la humedad por lo que se colocó al cuerpo en otro
cajón. Al pasar por el Uruguay se le
obsequia un tercer ataúd, dado que el anterior era
demasiado sencillo, pero cuando llega a Buenos Aires lo esperaba
otro ataúd, finalmente el que lo conserva.
En 1888, se hizo cargo del mantenimiento
del mausoleo la Municipalidad de Buenos Aires.
En la parte superior se halla la sencilla cruz de madera
que había en la tumba de San Martín en
Francia.
En 1966, fueron trasladados los restos del Gral. Tomas
Guido desde la Recoleta. La urna fue ubicada en el ábside
de la izquierda, frente a la estatua que representa a Chile.
Ésta alegoría representa a la República de
Chile. En este caso está simbolizado junto con la fruta y
el ancla, dado que Chile es un país marítima.
También encontramos en la parte inferior el escudo de
Chile y una breve reseña.
En el interior de la cúpula se puede observar
recuadros al estilo de casetones que contienen flores.
Una de las modificaciones más importantes es la
colocación de un plafoniere ubicado en el vértice
de la cúpula.
En un Sol de cristal de roca que tiene 52 rayos se
simboliza la Independencia. El aro es de bronce y tiene un
diámetro de 1.15m. Este plafoniere de día permite
el paso de la luz y por la tarde iluminación
artificial.
El Mausoleo del General San
Martín
Durante la presidencia de Bartolomé Mitre, las
cámaras legislativas aprobaron en 1864 el proyecto de los
Diputados: Adolfo Alsina y Martín Moreno para repatriar y
sepultar en Buenos Aires los restos del General José de
San Martín.
Trece años pasaron, para que en abril de 1877, al
conmemorarse un nuevo aniversario de la batalla de Maipú,
el Presidente Nicolás Avellaneda instara
públicamente para que se concretara el propósito.
Una semana después, quedaba constituida la
´´Comisión Central de Repatriación de
los restos del General San Martín´´ bajo la
dirección del Vicepresidente de la
Nación
Dr. Mariano Acosta, y el Dr. Salvador María del
Carril, la cual se funda en 1876.
El General muere en Boulogne Sur Mer en el año
1850 y la idea de repatriarlo surge en 1864, pero no se lleva a
cabo antes por motivo de que la hija estaba viva y no
quería que se trajera el cuerpo a la Argentina. Mercedes
fallece en 1875, en Francia, entonces la idea de repatriar el
cuerpo vuelve a tomar fuerza.
Dos fueron los aspectos de mayor importancia: uno
externo y otro interno.
En el aspecto externo era el de gestionar ante las
autoridades necesarias en Francia para proceder a exhumar los
restos del Libertador y organizar su traslado a Buenos Aires. Por
otra parte, estaba la búsqueda de un escultor que contara
con las aptitudes y la experiencia suficiente, para garantizar
una obra de la alta calidad.
De todo esto se encargo Mariano Balcarce, en su
condición de Ministro Plenipotenciario Argentino, quien
era yerno del General.
En el aspecto interno, la comisión debió
encarar la obtención del dinero que hacía falta
para tan costosa misión.
Balcarce comenzó a gestionar en Europa la
búsqueda de un escultor, logrando la aceptación del
prestigioso Albert Ernest Carrier Belleuse, que aquí ya
había realizado el monumento a Manuel Belgrano, el que se
ubicó en la Plaza de Mayo.
En Buenos Aires, mientras tanto, la Comisión
había comenzado a estudiar la posibilidad de levantar el
monumento en una plaza, en el atrio de alguna iglesia o en el
cementerio del norte (hoy recoleta).
Por esos momentos surge la idea de levantar dicho
monumento dentro de la Catedral Metropolitana, esta idea fue
aprobada por la Comisión y previas consultas con el
Monseñor León Federico Aneiros, quedó
aprobado definitivamente.
Y como lugar para ubicar el mausoleo se destina la
primer capilla hacia la izquierda de la entrada, que en ese
momento estaba vacía, anteriormente se ubicaba el
baptisterio.
Con la respuesta afirmativa en la mano, la
Comisión continuó con la elaboración del
proyecto y pensaron en colocar el monumento con un altar y una
virgen dedicada a Santa Rosa de Lima.
Luego de esto se halla a licitación
pública y se presentan varios proyectos y siendo el
ganador el del Arquitecto francés Carrier
Belleuse.
Cuando llegan los planos propuestos por este arquitecto,
la Comisión decide llamar al Escultor italiano Camilo
Romairone, para prestar el necesario asesoramiento
técnico.
Constando las medidas que surgían de estos planos
con las que ofrecía la ya citada capilla y su luz libre,
se llegó a la conclusión de que el cuerpo no
entraba. La respuesta fue la oferta de la
Capilla de Nuestra Señora de la Paz
comunicada esta novedad Romairone, dedujo que la obra
podía ser posible si se hacían algunos cambios en
la estructura para ampliar en sus medidas a dicha
capilla.
José de San Martín (1778-1850),
militar y político argentino, caudillo de la
emancipación de América, llamado 'el Libertador'.
Nacido en Yapeyú (Corrientes), fue el quinto hijo del
teniente de gobernador de aquella provincia, el ayudante mayor
Juan de San Martín, y de doña Gregoria Matorras. La
familia marchó a Buenos Aires en 1781 donde realizó
sus primeros estudios.
San Martín en España
Se trasladó a España cuando su padre fue
destinado a Málaga en 1784 y, aunque fue admitido en el
Seminario de
Nobles de Madrid, solicitó y obtuvo el ingreso como cadete
en el regimiento de Murcia en julio de 1789. Combatió
contra los corsarios berberiscos en la campaña de Melilla
y fue herido en 1791 en el sitio de Orán.
Luchando contra los franceses, fue ascendido a segundo
subteniente en la guerra del Rosellón en 1793, a primer
subteniente en 1794 y a segundo teniente en la guerra del
Ampurdán en 1795. Tras participar en la guerra de las
Naranjas frente a Portugal en 1801, ascendió a primer
teniente en la guarnición de Cádiz en 1802 y a
capitán de infantería del regimiento de voluntarios
de Campo Mayor en 1804. Su participación en la batalla de
Bailén, durante la guerra de Independencia
española, le valió en 1808 el ascenso a
capitán mayor.
El inicio de la independencia de
Sudamérica
En septiembre de 1811 viajó a Londres, donde
renovó los contactos con la Logia Lautaro que ya
había iniciado en Cádiz, y en marzo de 1812
volvió a Buenos Aires, donde la Junta de gobierno que se
había constituido allí le encomendó la
formación de un escuadrón de granaderos a caballo,
del que fue nombrado comandante. En septiembre de ese año
se casó con María de los Remedios de Escalada. Al
año siguiente venció a los realistas en San Lorenzo
y, tras el fracaso de Manuel Belgrano, fue nombrado comandante
del Ejército del norte, pero los problemas de
salud le obligaron a retirarse y buscar el descanso en la sierra
de Córdoba. En septiembre de 1814 fue nombrado gobernador
intendente de Cuyo y tuvo que acoger allí a los patriotas
que buscaban refugio después de la derrota sufrida en
octubre de ese mismo año en Rancagua.
Con el apoyo del nuevo director supremo, Carlos de
Alvear, a quien había conocido en Cádiz, se
dedicó a organizar un ejército con los refugiados,
al tiempo que el Congreso de Tucumán declaraba la
independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata
el 9 de julio de 1816. El director supremo Juan Martín de
Pueyrredón le nombró general en jefe del
Ejército de los Andes y el 5 de enero de 1817
inició desde Mendoza, donde era gobernador, la marcha para
cruzar la cordillera andina en dirección a Chile.
Venció a los realistas en Chacabuco el 12 de febrero,
entró en Santiago dos días después y
nombró a Bernardo O'Higgins director supremo.
Regresó a Buenos Aires para gestionar la
creación de una escuadra en el Pacífico, se
negó a utilizar sus tropas en los enfrentamientos entre
insurgentes y de nuevo volvió a Chile en el otoño
de 1817, aunque su salud siguió empeorando. La
reacción española no se hizo esperar y San
Martín fue derrotado en Cancha Rayada el 19 de marzo de
1818, con lo que los realistas estuvieron a punto de recuperar
Santiago, pero con la victoria de Maipú el 5 de abril de
1818 aseguró la independencia de Chile y volvió a
Buenos Aires, donde la situación era de auténtica
guerra civil entre el poder central y las provincias, lo cual
retrasó sus planes hasta 1820, año en que
comenzó la campaña de Perú. Con el apoyo de
la flota mandada por el escocés Thomas Alexander Cochrane,
los patriotas lograron controlar toda la costa del
Pacífico, desde el estrecho de Magallanes hasta el
Perú, estrechando el cerco sobre las tropas
realistas.
Acuerdos con Simón
Bolívar
Negoció una paz con el virrey absolutista
Joaquín de la Pezuela, y poco después firmó
el Pacto de Punchauca con el nuevo virrey , el liberal
José de la Serna e Hinojosa, en 1821, acordando la
independencia de Perú, el establecimiento de una regencia
formada por tres miembros y el envío a España de
representantes, para ofrecer el trono a algún
príncipe de la familia real española, pero los
oficiales realistas se negaron a aceptar ese acuerdo. Reanudada
la lucha, San Martín entró en Lima en julio de 1821
y proclamó la independencia del país el 28 del
mismo mes. Fue nombrado protector de Perú, convocó
un Congreso Constituyente que superara las discrepancias
existentes entre los diferentes líderes y partió
para Guayaquil a entrevistarse con Simón Bolívar,
que se encontraba en Ecuador. En
la entrevista
de Guayaquil, celebrada el 26 de julio de 1822 entre los dos
máximos caudillos de la independencia americana, se
trató de la situación general del continente
americano, del futuro régimen de Perú y de la
situación concreta de Guayaquil, que dudaba entre mantener
la independencia, incorporarse a Perú o integrarse en la
Gran Colombia, como al
final ocurrió. San Martín se mostró
partidario del régimen monárquico en Perú,
pero al no contar con el apoyo de la burguesía
limeña, que se sublevó, optó por convocar al
Congreso y renunciar al mando en septiembre de 1822, dejando los
asuntos del país en manos de Bolívar.
Regreso a Europa
Tras pasar por Chile y Mendoza en 1823, y después
de ir a Buenos Aires, donde volvió sólo con motivo
de la muerte de su esposa, marchó a Europa en 1824 con la
salud muy quebrantada, permaneciendo algún tiempo en Gran
Bretaña y Francia antes de instalarse en Bruselas. En 1827
ofreció sus servicios a las autoridades argentinas con
motivo de la guerra con Brasil y en 1829 quiso mediar en las
disidencias internas entre los centralistas de la capital y los
federalistas de las provincias, a los que siempre se había
opuesto; por ello viajó a Buenos Aires, aunque no
llegó a desembarcar y regresó a Europa. Su amigo
Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del
Guadalquivir, le ayudó a instalarse en París en
1830 y desde allí escribió numerosas cartas a los
dirigentes argentinos. En 1848, casi ciego, se trasladó a
Boulogne-sur-Mer (Francia), donde el 17 de agosto de 1850
murió.
Quinta capilla de la
derecha
Santa Margarita
Esta es una capilla, la cual esta en reparación,
por eso nos encontramos con la capilla tapada por un aglomerado.
Encima de él, se encuentra un cuadro de dicha imagen. En
el lateral izquierdo del cuadro vemos una peana, pero esta sin su
patrona.
Historia de Margarita:
Nació en 1647, en Borgoña. Su familia
pertenecía a la nobleza, pero era pobre.
Ella era débil y a los 10 años,
sufrió una parálisis. Después de permanecer
4 años en cama, dice la tradición, que fue curada
por Nuestra Señora, hizo votos para ingresar al convento y
consagrarse al servicio de Dios.
Una vez ingresada, se hizo llamar Margarita
María.
Pasaba horas frente al Santísimo y comenzó
a tener apariciones, 4 son las principales. En la primera
aparición vio a el ´´Salvador´´ y
mostró su Sacratísimo Corazón.
Margarita María fue la encargada de difundir los
deseos de Jesucristo.
Sexta Capilla de la
derecha
San Martín de
Tours:
La capilla posee dos peldaños de
mármol, el cual sobre éste se encuentra un retablo
realizado en madera de palo paraguayo tallado, policromado y
dorado.
El altar está sostenido por columnas de capitel
compuesto. Todo el altar está trabajado con el dorado a la
hoja. En varias partes del retablo se encuentran detalles de
estucados.
En la hornacina central se encuentra la imagen de San
Martín de Tours, es una imagen moderna de fines del
año 1800, viste ropa de obispo. Porta en su mano derecha
un báculo.
Debajo de la imagen central se encuentra la Sagrada
Familia, representada por: José, María y el
Niño Jesús.
Debajo de la Sagrada Familia se encuentra la imagen de
San Germiniano, Mártir, colocado en forma horizontal
dentro de un cajón transparente. Este Santo data del siglo
III.
Superior a San Martín de Tours, se encuentra un
bajo relieve que lo está representando a él. Este
está realizado en dorado a la hoja. Sobre el bajo relieve
se puede observar un vitreaux que representa la leyenda cuando
San Martín vio un mendigo y lo cubrió con su
capa.
A la derecha del Altar Mayor se encuentra una
lápida en donde descansan los restos de Monseñor
Emilio Lafitte. Nacido en Peiyrun, Francia, el 2 de
Noviembre.
En 1927, pasó a ocupar el obispado de
Córdoba, elevado en 1934 a Arquidiócesis, siendo el
primer Arzobispo de Córdoba y Primado de la
Argentina.
Gobernó solamente 3 meses, ya que falleció
el 8 de Agosto de 1959.
A la izquierda del altar, se halla la sepultura de
Monseñor León Federico Aneiros (1828 – 1894).
Es un monumento funerario de mármol blanco, en
posición orante. Realizado por Víctor de
Pol.
En 1854 desempeñó el cargo de
Diputado.
Fue profesor de Derecho Canónigo en la Universidad de
Buenos Aires, lo cual abandonó al ser nombrado Obispo
Aulón en 1870 por Fray Achaval. Se distinguió como
orador sagrado y como correcto escritor. El fue el fundador de
los periódicos: ¨La Región y El
Orden¨
En 1873, fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires,
proclamándoselo como Arzobispo de la Catedral
Metropolitana, cargo desde el cual se dedicó a mejorar
el estado del
clero.
Murió a causa de un síncope
cardíaco, el día 3 de Septiembre de 1894 en Buenos
Aires.
Historia de San Martín de
Tours:
Nació en Hungría en la ciudad de Panonia,
en Sabaria Sacca, a fines del año 316.
Su padre era militar del ejercito romano por lo cual se
traslado a Pavia, Italia.
Martín sentía mayor atracción hacia
la religión, por lo que comenzó a tener contacto
con el cristianismo,
aún sin haber sido bautizado fue recibiendo la doctrina.
Luego de haber sido catacumeno, estuvo en el ejercito para
complacer a su padre.
Era un joven de 21 años cuando un día de
invierno, vio a un hombre casi sin ropas tiritando de
frío, que con una mano extendida pedía ayuda. Ante
esta situación Martín se quitó la capa, la
partió en dos con su espada y dio la mitad al mendigo para
que se cubriera.
En esa noche, mientras dormía soñó
con la figura de Jesús rodeado de ángeles y vestido
con la mitad de la capa. Este episodio fortaleció su
vocación cristiana y a los 22 años recibió
el bautismo.
Se retiró del ejercito y vivió en soledad
y oración hasta que se contacto con el Santo Hilario,
Obispo de Portiers, comenzando su tarea de evangelización.
Se lo llamó apóstol de las galeas. En Luluge,
Francia, fundó un monasterio.
Cuando muere San Hilario la población lo lleva a San Martín a la
Catedral y lo proclaman Obispo de Tours.
El 8 de Noviembre del año 397 fallece, siendo su
sepelio el día 11. El 20 de Octubre de 1580, Juan de Garay
convocó al Cabildo con el fin de elegir al Patrono de la
Ciudad, a quien gobernantes y gobernadores habrían de
implorar protección e invocaran en momento de
necesidad.
La asociación de caballeros de San Martín
de Tours escribió: ´´ consultados los nombres
de varios santos se procedió a sacar uno, en el cual
salió el de San Martín de Tours, contrariamente a
de los cabildantes. No era un santo español, se vuelve a
repetir el sorteo y nuevamente sale el de San Martín de
Tours. Le piden autorización a Garay para volver a repetir
por última vez el sorteo, y nuevamente sale el de San
Martín, convirtiéndose en el patrono de la Ciudad
de Buenos Aires.
Séptima Capilla de la
Derecha
Capilla de Santísimo
Sacramento
Este altar fue construido con finos mármoles y
bronce, imitando al altar de la confesión de San Pedro,
situado en la Basílica homónima en Roma. Es decir
con admirable baldaquino de mármol con columnas de estilo
barroco de granito ilustrado traído de Sierra Chica. La
obra fue efectuada en 1943, por el arquitecto Enrique
Martínez Castro.
Posee un Cristo de marfil y una pequeña capilla
donde se deposita el Santísimo Sacramento, que
anteriormente se hallaba en el altar del Santo Cristo.
El sagrario que en 1935 la archicofradía
había regalado para ser puesto en el nuevo altar del Santo
Cristo, fue trasladado al altar de la nueva capilla del sagrario
y es el mismo que hoy luce. Tiene 2 lámparas votivas que
se hallan a ambos lados. Encontramos también un
antifonario dorado con la figura del agulaque que representa a
San Juan Evangelista.
Los bancos son de madera.
A la derecha hay una gran vitrina construida en 1979, en
donde se encuentra la custodia. Hasta entonces había
estado en tabernáculo giratorio del retablo
mayor.
La gran Custodia, fue realizada en plata por un autor
anónimo, en el
Siglo XVII.
La custodia original media 40cm. pero en el año
1934, con motivos del Congreso Eucarístico Internacional,
lo agrandó.
La custodia pesa alrededor de 110kg. y tiene 2.40cm. de
altura, realizada en plata con incrustaciones de oro y piedras
semipreciosas; tiene alegorías a Europa y América,
con un magnífico esplendor del sol y sus rayos, realizado
totalmente en piedras argentinas; se destacan las cuatro
columnas, las puertas de hierro forjado que tienen todos sus
elementos unidos con abrazaderas al estilo antiguo, sin remaches
ni soldaduras.
Todo se complementa con un fascristol dorado,
lámparas colgantes de bronce y una hermosa reja colonial
que cierra el óculo.
Octava capilla de la
derecha:
San Pedro
Apóstol
El altar del fondo derecho y su retablo
pertenecen al grupo de imaginería religiosa que
sobrevivió a la restauración de principios de
siglo.
Está dedicada a San Pedro, talla en madera
paraguaya policromada y dorada y es del año 1700. El altar
y el retablo son de madera paraguaya recubiertos con
láminas de oro (dorado a la hoja). El altar posee una
combinación de características jónicas y
corintias, al igual que el altar de San Martín de Tours,
ambos están muy trabajados.
El apóstol ubicado en el centro del altar, viste
ornamentos papales rojos y está sedente. Es una
representación de figura patriarcal, con cabellos y barba
blanca. En su mano derecha lleva la triple cruz papal, y en la
izquierda tiene la llave del reino.
Los tres brazos de la cruz significa: Regir en
señal santificado.
Debajo de la imagen de San Pedro se encuentra, en una
vitrina, una pequeña imagen del niño de Praga,
realizada en la ciudad homónima. Como otra forma de
representar al Niño Jesús. Es una imagen de vestir
que lleva una túnica plateada con piedras, y fue donada
por el Arzobispo de Checoslovaquia.
Para ingresar hasta el altar de San Pedro se debe
traspasar una reja que tiene a la derecha, una imagen de Santa
Teresita, y a la izquierda, una de San Antonio.
Del techo de este altar colgaba una araña de 36
luces que mandó colocar Juan Manuel de Rosas, la cual fue
retirada en 1907 y donada a la iglesia de San
Cristóbal.
Este altar no posee luz natural y la luz artificial que
presenta es escasa.
Se halla en el fondo de la nave lateral derecha, vecino
a la Sacristía y fue realizado en 1758. Fue el primer
altar que tuvo la Iglesia: antes se encontraba en el Altar Mayor.
Cuando pasó a ocupar la sacristía fue el
único que se arruino en la quema del 55’por estar
cercano a la Curia Arzobispal.
San Pedro Apóstol:
Lo único que sabemos de su vida antes de su
conversión es que era un pescador Galileo del pueblo de
Betsaida o Capernaum. Existe evidencia para suponer que
Andrés (el hermano de Pedro) y posiblemente Pedro fueron
seguidores de Juan el Bautista, y por lo tanto se habrían
preparado para recibir al Mesías en sus
corazones.
Imaginamos a Pedro como un hombre astuto y sencillo, de
gran poder para el bien, pero a veces afligido un carácter
abrupto y tempestivo que habría de ser transformado por
Cristo a través del sufrimiento.
Nuestro primer encuentro con Pedro es a principios del
ministerio de Jesús. Mientras Jesús caminaba por la
orilla del lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón
Pedro y Andrés, echar la red al agua. Y los
llamó diciendo: "Síganme, y yo los haré
pescadores de hombres".Inmediatamente abandonaron sus redes y lo siguieron. Un
poco después, aprendemos que visitaron la casa en la que
estaba la suegra de Pedro, sufriendo de una fiebre la cual fue
curada por Jesús. Esta fue la primera curación
atestiguada por Pedro, quien presenciará muchos milagros
más durante los tres años de ministerio de
Jesús, siempre escuchando, observando, preguntando,
aprendiendo.
Pedro es el primer Papa ya que recibió la suprema
potestad pontificia del mismo Jesucristo.
Pedro siempre figura entre los tres más allegados
a Jesús. Fue elegido con Santiago y Juan, para subir al
monte Tabor donde ocurrió la Transfiguración.
Aquí contempló la Gloria del Señor y
escuchó la proclamación de Dios.
Después bajaron a Jerusalén donde
Jesús comenzó a preparar a sus discípulos
para el fin de su ministerio en la tierra.
Pedro llevó a Jesús aparte y comenzó a
reprenderlo porque no quería aceptar un fin tan terrible
como la cruz.
Al estar todos reunidos en la Última Cena, Pedro
declaró su lealtad y devoción con estas palabras:
"Aunque todos pierdan su confianza, yo no." E insistió:
"Me quedaré contigo aunque tenga que dar la
vida."
Con inmensa tristeza Jesús le contestó:
"Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por
segunda vez, me negarás tres veces." Al desenvolverse esta
trágica noche se realizó esta profecía.
Cuando los soldados llevaron a Jesús a los judíos,
Pedro se quedó en el patio y tres veces lo acusaron de ser
discípulo de Jesús. El lo negó las tres
veces. En aquel mismo momento, cantó el gallo por segunda
vez y Pedro empezó a llorar.
Sabemos que recibió el perdón del
Señor porque después de la Ascensión, cuando
Jesús se manifestó a sus discípulos,
llamó a Pedro quién afirmó tres veces su
amor por el Señor como un paralelo a las tres veces que lo
negó.
Después de la muerte del Salvador, Pedro
ejerció su primacía entre los Apóstoles con
entereza y valor. El fue "La Piedra" en la que la Iglesia fue
fundada. Su capacidad de conversión quizás sea lo
que hace su historia ejemplar para nosotros pecadores. Pedro
cayó muy bajo en la noche que negó al Señor.
Después se arrepintió y ascendió hasta
llegar a obispo de Roma, mártir, y "guardián de las
llaves del reino de los cielos."
Fue Pedro quien tomó la iniciativa de elegir uno
que tomara el lugar de Judas y quien realizó el primer
milagro. Un mendigo le pidió limosna. Pedro le dijo que no
tenía dinero, pero en el nombre de Jesús Nazareno
le mandó levantarse y andar. El mendigo, curado de su mal
hizo lo que le mandó Pedro.
Pedro decidió predicar en las aldeas circundantes
y cada vez más lejos.
Por su sinceridad, Pedro inevitablemente tuvo muchos
conflictos con
las autoridades judías, hasta dos veces los jefes de los
sacerdotes lo mandaron arrestar. Nos dice la Escritura que fue
milagrosamente desencadenado y librado de la prisión e
impresionó a los demás Apóstoles al llegar
repentinamente donde ellos moraban. Pedro después
predicó en los puertos marítimos de Joppa y Lydda,
donde conoció hombres de diferentes razas y en Cesarea
donde se convirtió el primer gentil, Cornelio.
Fue obispo de Antioquía y después
pasó a ser obispo de Roma donde fue martirizado durante el
reinado de Nerón alrededor del año 67, el mismo
año que San Pablo. Fue sepultado en lo que hoy es el
Vaticano donde aun se encuentran sus restos bajo el altar mayor
de la basílica de San Pedro. Esto ha sido comprobado en
los encuentros arqueológicos y anunciado por Pío
XII al concluir el año santo de 1950.
San Pedro murió crucificado. El no se consideraba
digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo
crucificaron con la cabeza hacia abajo. El lugar exacto de su
crucifixión fue guardado por la tradición. Muy
cerca del circo de Nerón, los cristianos enterraron a San
Pedro.
Las palabras de Jesús se cumplen textualmente.
Hay testimonios arqueológicos de la
necrópolis con la tumba de San Pedro, directamente bajo el
altar mayor. Esta ha sido venerada desde el siglo II. Un
edículo de 160 d.C. en el cual puede leerse en
griego "Pedro está aquí".
En el arte sus emblemas tradicionales son un barco,
llaves y un gallo.
Historia de Santa Teresa del Niño
Jesús:
María Francisca Teresa Martín, nacida el 2
de enero de 1873 en Alecon, Francia, su vocación
espiritual se hizo sentir a los nueve años, cuando
ingresó como media pupila en la Abadía de las
Benedictinas de Lisieux.
Mas tarde imitó el ejemplo de sus hermanas
mayores María y Paulina y comenzó el noviciado en
la Orden Carmelita.
Bajo una rigurosa disciplina,
Teresa tomó los hábitos el 8 de septiembre de 1890
y ese fue el día más feliz de su vida, pero los
sacrificios a los que se exponía la joven eran
enormes.
Lavaba la ropa de los enfermos en pleno invierno, usaba
calzado mas pequeño que sus pies, cocinaba a fuertes
temperaturas y comía poco y mal. Todo esto hizo que su
salud se fuera deteriorando lentamente. La noche del 10 de marzo
de 1895 tuvo un sueño el cual Sor Ana de Jesús, la
fundadora de la congregación Carmelita Francesa, le
revelaba que el señor la iría a buscar muy
pronto.
Falleció el 30 de septiembre de 1897.
Santa Teresita del Niño Jesús fue
beatificada el 29 de abril de 1923 por el Papa Pío XI y
dos años después ante la petición de miles
de fieles que agradecían sus gracias recibidas, la
canonizó el 17 de mayo.
En 1997 Juan Pablo II la declaró doctora de la
iglesia, con motivo del primer centenario de su muerte. Para el
mundo católico su día de festejo es el 3 de
octubre.
Historia de San Antonio:
Este Santo escuchó la palabra del Evangelio, por
ello antes de marchar al desierto, dejó sus bienes a los
pobres.
Las prédicas de San Antonio consistían en
renovarse espiritualmente, quien ya en el 1200 impulsaba a esta
conversión.
Se dice que para escucharlo se reunían multitudes
y su impotente voz, sumada a la convicción con que se
expresaba, hacia que sus predicaciones fuesen escuchadas por los
fieles.
Por diferentes razones a lo largo del tiempo (1981 por
última vez), la tumba en la que descansan sus restos, fue
abierta en varias ocasiones y para asombro de los que hallaron
incorruptas, después de 800 años.
Se lo reconoce como el Santo de los novios, parece que
ésta creencia nació en Brasil o en España,
pero no se há encontrado ningún episodio en su vida
que lo justifique.
También se lo conoce como el Santo de las cosas
perdidas, se sabe que es el protector que ayuda a encontrar
aquello que se perdió, y esto se debe a un hecho muy
significativo en su vida.
Nació en el año 1195, cuando no
había imprenta, y se calculaba que se sabía la
Biblia de memoria. Para sus
sermones cuadresimales que los daba todos los días de
cuaresma en las iglesias de la ciudad, escribía sus
apuntes en papiros o pergaminos que eran muy costosos. Un
día, un fraile novicio que estaba en prueba para ser
religioso, le robó a San Antonio sus notas para venderlas
y ganar plata; según cuenta la tradición, cuando
llegó a un puente una fuerza muy fuerte le impidió
seguir. Entonces dejó allí los apuntes y sin ellos
pudo atravesar el puente. Luego pidió disculpas a Antonio
y le devolvió sus notas.
Existen una cantidad enorme de milagros. Este Santo es
uno de los mas invocados y venerados por los pobres, enfermos,
indefensos y marginados.
Altar Mayor
El retablo y el altar mayor fueron ubicados en el
santuario del templo, separados del ábside. Por ese motivo
en 1803 el obispo de Buenos Aires Benito de Lue y Ruega,
mandó a enladrillar el piso que esta detrás del
retablo, desde el altar de Dolores hasta el de San
Pedro.
Allí estaba cuando llegó Fray
Sebastián Malvar y Pinto, duodécimo obispo de
Buenos Aires quien en 1780 quiso cambiarlo de lugar, ya que, a su
juicio estaba ubicado sobre el Panteón y el santo
sacrificio de la misa se celebraba sobre los
sepulcros.
El Virrey Juan José de Vertíz se opuso a
esta modificación aclarando que no se encontraba sobre los
sepulcros y si en medio del Panteón y el círculo
que formaba la bóveda, por lo tanto la colocación
del retablo en la capilla mayor no se opone a lo establecido por
la sagrada congregación de ritos. El consejo de indias
falló a favor del Virrey Vertíz, quedando el
retablo y altar mayor en medio de la capilla mayor.
Actualmente se halla ubicado anterior al ábside.
El retablo que ocupa todo el ancho y el alto de la nave central
está realizado en madera de cedro del Paraguay que fue
traída flotando el Río Paraná. En Buenos
Aires fue tallado a mano, dorado a la hoja y policromado por
Isidro Lorea natural de Vizcaya donde había seguido
estudios de arquitectura y detallista.
Este retablo era un tabernáculo externo, de
planta triangular, mistilínea y lados
cóncavos.
Inicialmente ocupó el centro del crucero hasta
que en 1830 fue cortado para trasladarlo al fondo del
presbiterio. La parte cortada se envió a diferentes
iglesias del interior.
Pellegrini muestra en una litografía que entre
los grandes roles del coronamiento, surgían otros dos
más pequeños que fueron cortados. También
fueron modificados los dos expositores: el albergado en la
hornacina principal, que tendría la forma de un templete
cilíndrico, con puertas curvas, cuya base giratoria, usada
hasta hace pocos años, permitía manifestar el
Santísimo Sacramento en la gran custodia de plata o la
imagen de la virgen, según lo exigía la liturgia.
Se suprimieron también seis ángeles que
servían de candeleros, uno de los cuales se encuentra en
el museo de Luján.
En 1858, acusa de la modificación del coro
capitular se trasladó el altar mayor. El 14 de marzo de
este año se consagró el mismo.
El cabildo decidió en una comisión que lo
único que necesitaba el altar mayor era pintarlo y
dorarlo. También se decidió que se colocara un
tabernáculo de movimiento para la divina majestad en un
frente y la Purísima Concepción en el
otro.
Se quitó el tabernáculo de donde hoy se
halla y se colocó uno grande en el nicho que hoy ocupa la
virgen.
Diez años después se colocó en el
altar mayor en un nuevo tabernáculo menor y secundario
construido en el mismo estilo que todo el retablo.
Actualmente en la parte superior del retablo se
encuentra ubicado el grupo de mérito que representa a la
Santísima Trinidad (protectora de la Catedral).
En el centro del retablo se encuentra la imagen de la
Virgen María Inmaculada, ubicada en el tabernáculo
desde 1979 compartiendo el nicho con Santa María de los
Buenos Aires, al girar el nicho se permite la alternancia para la
adoración de ambas imágenes. A los laterales
podemos observar columnas de fuste liso y capitel compuesto que
muestran un esplendoroso labrado.
En 1906 se cambia el piso del presbiterio por lo cual
deciden elevar la mesa del altar mayor para que las ceremonias se
puedan ver mejor. Por arreglos se retiró el
tabernáculo menor y fue trasladado al altar de Santo
Cristo.
Se realizo un altar mayor de mármol preparado
litúrgicamente para que pueda ser consagrado. Se propuso
la colocación de un crucifijo de gran tamaño que
fue retirado en 1970.
En 1939 la comisión aprobó el estudio de
reformas de todo exaltar, que el arquitecto Gallardo con Udaondo
había redactado. Con estas reformas el altar mayor fue
consagrado el 14 de mayo de 1948 por Deán Doctor Antonio
Rocca.
En 1970 debido a las reformas litúrgicas
provocadas por el Concilio Vaticano II en el crucero y bajo la
cúpula se colocó una gran mesa de mármol y
sin pulir, para ubicar en el un nuevo altar.
El 3 de abril de 1999 se inauguró el altar de
plata.
Esta obra de orfebrería, que llevó 4 meses
fue realizada por Carlos Daniel Payarlos, por encargo del
Arzobispo porteño.
La mesa tiene 3 metros de largo y casi 1,5 metros en los
laterales.
El altar fue montado sobre la piedra rústica del
mármol original el cual es de una sola pieza tal cual lo
indica la liturgia.
El diseño de las guardas, las uvas, espigas y los
peces que
junto a una cruz central adornan el altar fue diseñado por
el propio Payarlos y por el arquitecto Norberto Silva.
Cada uno de los diseños tiene una
simbología: los lirios que forman la guarda representan la
pureza. A cada uno de los lados de la cruz central que simbolizan
a Cristo, hay una letra alfa y una omega; como el principio y el
fin de todas las cosas. Las espigas de trigo y las vides son el
pan y el vino que durante la ceremonia religiosa se transforman
en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Los peces que adornan los laterales del altar tienen un
doble significado: por un lado aluden al milagro de la
multiplicación de los peces y de los panes, y por el otro
a la contraseña utilizada por los primeros cristianos
durante la época de los romanos.
Los símbolos que indican el carácter de
Catedral son la cátedra del Arzobispo (presidiendo el coro
presbiteral) y el escudo arzobispal (el que se encuentra en la
Catedral perteneció a Monseñor
Quarracino).
Bajo el altar mayor se ubica la cripta, sector de mayor
antigüedad de la Catedral en donde se depositan los restos
de los dignatarios de la iglesia y de ciudadanos
ilustres.
Historia de la Inmaculada
Concepción:
La Inmaculada Concepción de María es el
dogma de fe que declara que por
una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado
desde su concepción.
Como demostraremos, esta doctrina es de origen
apostólico. El dogma fue proclamado por el Papa Pío
IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis
Deus.
"…declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina
que sostiene que la beatísima Virgen María fue
preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el
primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente, en atención a los
méritos de Cristo Jesús Salvador del género
humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme
y constantemente creída por todos los fieles…"
(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de
1854)
La Concepción es el momento en el cual Dios crea
el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de
los padres. La concepción es el momento en que comienza la
vida humana.
María quedó preservada de toda carencia de
gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su
madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia"
desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada
Concepción no se trata de la concepción de
Jesús quién, claro está, también fue
concebido sin pecado.
La Biblia no menciona explícitamente el dogma de
la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona
explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia
recibió de los Apóstoles
El primer pasaje que contiene la promesa de la
redención (Génesis 3:15) menciona a la Madre del
Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la
enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo,
la semilla de la mujer
(María) aplastará la cabeza de la
serpiente. Ella será exaltada a la gracia
santificante que el hombre
había perdido por el pecado. Solo el hecho de que
María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que
continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El
Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de
que vendrá un redentor.
Junto a él se manifestará su obra maestra:
La preservación perfecta de todo pecado de su Madre
Virginal.
En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios
le dice a la Santísima Virgen María
«Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo.». Las palabras en español
"Llena de gracia" no hace justicia al texto griego
original que es "kecharitomene" y significa una singular
abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en
unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la
Inmaculada Concepción de María si lo
sugiere.
Méritos: María es libre de pecado por los
méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es
preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana,
aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que
solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por
adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La
causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso
prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Historia de la Santísima
Trinidad:
Se encuentra ubicada en la parte superior del retablo,
en el tímpano del altar, como un grupo escultórico
representativo del misterio de un solo Dios en tres personas
distintas: Dios Padre, Dios Hijo y Espíritu
Santo.
En el momento de levarse al cielo Cristo confió a
los apóstoles su misión: "id enseñad a todas
la naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo".
El de la Santísima Trinidad es un dogma
fundamental de la fé, contenido implícitamente en
el símbolo de los apóstoles, desarrollado en el
símbolo de Nicea, antes de ser solemnemente formulado por
el IV Concilio de Letrán.
Historia de Nuestra Señora de los Buenos
Aires:
Al igual que la Inmaculada Concepción esta
colocada en un tabernáculo en movimiento.
Es una imagen de bulto que fue entronizada en
1984.
Realizada en madera policromada, fue donada por la
familia de Alfredo Trillo, el arzobispo de Buenos
Aires.
Es una replica de la que se haya en el Santuario de
Cagliari, en la isla de Cerdeña donde es venerada como
patrona de los Buenos Aires o vientos que soplan sobre las velas
de las embarcaciones de la época. Por esto la Virgen
sostiene en una mano la Carabela llamada Magdalena, de Don Pedro
de Mendoza, quien impuso el nombre de, Santa María del
Buen Aire, al puerto
de nuestra ciudad en el año 1536.
Primera capilla de la
izquierda:
Nuestra Señora de los
Dolores
Si pasamos a la nave lateral izquierda
nos encontramos a la derecha con una imagen de tamaño
medio que corresponde a Santa Rita y a la izquierda una
correspondiente a San Cayetano; ubicado en el fondo, separado
igual que el de San Pedro por una reja baja con baranda de
bronce, el Altar de Nuestra Señora de los
Dolores.
El retablo fue construido por el tallista Juan Antonio
Gaspar Hernández en 1794.
El Virrey Juan José de Vértiz en sus
memorias de
1784 dice que la capilla tenía 3 lienzos de mérito
regalados por un argentino: representan el Camino al Calvario, La
Agonía y El Descendimiento.
El lugar fue destinado por el obispo Azamor en 1793 a la
Hermandad de María Santísima de los Dolores y
Sufragio de las Almas del Purgatorio.
La imagen de la Virgen es de vestir; fue traída
de Cádiz y donada por la madre del general José de
San Martín, Da. Gregoria Matorral. La cara y manos
están realizadas en algarrobo blanco. Es una copia de la
que se venera en la capilla de la Hermandad de Dolores en la
iglesia de San Lorenzo en Cádiz. Llego a Buenos Aires en
el navío San Pascual Bailón en 1753, junto con un
vestido de terciopelo rojo oscuro, (hoy lleva puesto uno de color
negro), con su correspondiente cinturón ricamente bordado,
manto real, aureola y corazón con siete espadas, en
plata.
Todo el altar es de madera dorada, adornado con
alegorías, excepto el retablo, que en 1948 fue totalmente
reformado; se colocó al pie un Cristo Yacente, obra del
escultor León Moroder, quien reprodujo el Santo Cristo
Yacente que la Hermandad del Santo Entierro venera en la Capilla
de San Gregorio de Sevilla.
Debajo de la imagen de la virgen y sobre el Cristo
Yacente se encuentra el Sagrario, el cual se utiliza para guardar
el cuerpo y sangre de Cristo. A cada lado del altar se encuentran
dos lámparas votivas las cuales si están encendidas
significan que el cuerpo de Cristo esta guardado en el
Sagrario.
En la bóveda de esta capilla se pueden observar
pinturas realizadas por el italiano Parisi.
Historia de Nuestra Señora de los
Dolores:
La imagen de la virgen de la dolorosa recuerda los
dolores que sufrió la Madre de Jesús, durante la
Pasión y muerte de su hijo. Estos dolores fueron
profetizados por el anciano Simeón; cuando en el templo de
Jerusalén dijo a María que una espada de dolor le
atravesaría el corazón.
La piedad popular ha representado a la virgen dolorosa
con un corazón traspasado por 7 espadas que simbolizan
otros tantos dolores.
En 2 lugares distintos de las Sagradas Escrituras
mencionan las amargas penas que tuvo que soportar María,
estas son:
- Tuvo que huir con su niño a Egipto
- Vio a su hijo encarcelado y flagelado
- Lo contempló con la cruz a cuesta y una corona
de espinas que le hacía sangrar las sienes. - Lo vio golpeado e injuriado
- Oyó los terribles golpes de martillo cuando lo
clavaron a la cruz. - Presenció su sed devorada y la infame burla
del vinagre. - Vio su atormentada agonía y su grito
final. - Tuvo María el cuerpo de Jesús
martirizado y sin vida en su regazo. - Lo vio depositado en el sepulcro.
Historia de Santa Rita de
Cascia:
Santa Rita, nació en 1381 en Roca-Porrena, muy
cerca de Cascia (Italia). Fue hija única y concebida
cuando sus padres eran ya ancianos. Desde muy joven sintió
un aprecio muy especial hacia el Evangelio y a la naturaleza.
Subía a la montaña y desde allí contemplaba
la belleza del campo, los árboles, los pájaros, las flores
pasando horas y horas orando. En su casa tenía un
pequeño oratorio donde encontraba su paz interior mediante
la plegaria. Sintió el deseo de consagrarse a Dios y
hacerse religiosa de un convento de monjas que seguían la
regla de San
Agustín situado en su misma ciudad, pero sus padres se
negaron y le obligaron a la edad de 16 años a casarse con
Pablo Fernando, un joven de Cascia muy bien situado
económicamente. Pero Pablo Fernando no fue al principio
aquel gentil hombre que aparentaba. En las historias que se
explican dedicadas a nuestra santa, se cuenta que muy a menudo la
maltrataba y le dificultaba la práctica de su fe. A pesar
de ello, ella le fue fiel e intentó reconducir siempre las
situaciones adversas.
A los 18 años, tiene su primer hijo: Juan
Santiago. A partir de esta buena noticia, su esposo deja de
maltratarla y conlleva una vida familiar llena de paz. Incluso
Pablo Fernando se convierte al cristianismo. Dos años
después nace su segundo hijo: Pablo
María.
La felicidad del matrimonio se rompería diez
años después, concretamente cuando nuestra santa
tiene 30 años: su esposo aparece asesinado en medio de una
gran crispación política en la República de
Cascia. Vaya papeleta le queda a Santa Rita, viuda con dos hijos
de 12 y 10 años. A pesar del grave suceso, nuestra amiga
ora por los asesinos, ella misma sabe quienes son e incluso se
acerca a ellos a ofrecerles el perdón y la
reconciliación entre las dos familias. Su deseo es
complacido, pero en sus hijos, aunque son muy pequeños,
surge el deseo de venganza. Rita intenta disuadirlos y
enseñarles a amar a los enemigos. Las vidas de aquellos
dos niños
fueron cortas, ya que un año y medio después de la
muerte de su marido, una peste contagiosa acabó con la
vida de ellos.
Santa Rita se queda viuda y pasa sus primeros
años recogida en oración y penitencia. Piensa de
nuevo en ingresar en un monasterio de religiosas agustinas que
hay en Cascia, pero desde esta orden la rechazan con el pretexto
de que es viuda y que solo aceptan a personas vírgenes.
Por tres veces llegan a no aceptarla. A pesar de todo, Rita no
pierde las esperanzas e invoca a sus tres santos preferidos: San
Agustín, San Nicolás y San Juan Bautista. Por
cuarta vez se dirige al convento y finalmente la aceptan.
Allí llevaría una vida de observancia, obediencia,
penitencia, oración … Finalmente consigue lo que siempre
había soñado: hacerse religiosa del Monasterio de
Cascia.
Cuando nuestra amiga lleva 28 años de
servicio al Señor desde el monasterio, y cuando cuenta ya
con 61 años de edad, recibe el estigma de una espina
en la frente procedente de la misma pasión de
Jesús.
Durante 15 años, el estigma le supuso para
nuestra santa un duro sacrificio, casi siempre tenía que
vivir recluida en una celda del monasterio, por el dolor y por el
hedor pestilente que salía de la herida. Solamente le
desapareció el estigma en 1450 cuando ella pidió a
Dios que se la curara para poder peregrinar a Roma con motivo del
Año Jubilar. Pero cuando volvió a Cascia, el
estigma volvió a aparecer.
Cuando Rita tiene 72 años queda paralítica
aquejada de marasmo, una enfermedad que le enflaquece el cuerpo y
que le obliga a vivir en la cama durante el resto de su vida.
A sus 75 años de edad, ocurre uno de los sucesos
más conocidos en la vida de Santa Rita. En pleno invierno,
cuando el campo está totalmente nevado, pide a una prima
que la visitaba en su celda que le traiga una rosa que en aquel
momento florece en el huerto de su casa. No obstante, aquella
chica, se siente atraída a ir al huerto de la casa de Rita
para comprobar si era cierto aquel prodigio. Y efectivamente,
allí encuentra una preciosa rosa en medio de un frondoso
rosal todo el rodeado de nieve junto a unos higos
maduros.
Hay una tradición popular que consiste en tener en las
casas, coincidiendo con la festividad de Santa Rita, un ramo de
rosas previamente bendecido por el sacerdote del pueblo. Es una
manera muy original de recordar a la santa.
Aquel suceso inexplicable de la rosa hizo crecer la fama
de Santa Rita, y fueron muchos los que quisieron conocer a
aquella monja enfermiza.
El 22 de mayo de 1457, a sus 76 años de edad, Santa Rita
fallecería en medio de una gran conmoción. Se
afirma que las campanas del templo parroquial de Cascia tocaron
por si solas.
Fue beatificada en 1628 por el Papa Urbano VIII y canonizada por
el Papa León XIII el 24 de mayo de 1900.
A Santa Rita se le reconocen diferentes protecciones y
ayudas. La más importante es la de los casos imposibles.
Muchas personas le invocan para pedir cosas difíciles de
conseguir, y nadie mejor que ella que pudo tener en sus manos una
rosa nacida en pleno invierno. Debido a ese "prodigio" es la
protectora de las rosas y de los higos, y muy especialmente de
aquellos que trabajan o venden esos productos en
mercados o
tiendas.
Historia de San Cayetano:
San Cayetano nació en Vicenza en 1480. Su padre,
el Conde Gaspar de Thiene y su madre María di Porto, eran
de familias nobles.
El padre murió cuando los dos hermanos eran muy
pequeños. Su piadosa madre dio a sus hijos un admirable
ejemplo. Produjo grandes frutos en ellos, especialmente en
Cayetano.
Estudió 4 años en la Universidad de Padua.
Se distinguió en la teología y se doctoró en
derecho civil
y canónico en 1504. Fue nombrado senador en
Vicenza.
Estaba, sin embargo, decidido a seguir los estudios
sacerdotales. Se trasladó a Roma en 1506, decía que
Dios le llamaba a realizar una gran obra. Al poco tiempo fue
nombrado secretario privado del Papa Julio II y protonotorio
apostólico. Pudo conocer de cerca a cardenales y prelados
como "escritor de las cartas apostólicas".
El Papa muere en 1513 y Cayetano decide no continuar en
el cargo. Se preparó durante 3 años para ser
sacerdote. Fue ordenado en 1516, a los 36 años. Celebra su
primera misa y queda sobrecogido por el don del que no se
considera digno.
Funda en Roma una Cofradía del "Amor Divino". Era
una asociación de clérigos que se dedicaba a
promover la gloria de Dios.
Tuvo su primera experiencia pastoral en la parroquia de
Santa María de Malo, cerca de Vicenza; luego se
dedicó a cuidar los santuarios esparcidos por el monte
Soratte.
Ingresó en el oratorio de San Jerónimo,
que tenía los mismos fines que la cofradía del Amor
Divino, pero incluía a los laicos menos favorecidos por la
fortuna. Sus amigos se molestaron mucho por eso, porque
consideraban que aquello era indigno para un hombre de gran
alcurnia como él. A Cayetano no le importó. Ayudaba
y servía personalmente a los pobres y enfermos de la
ciudad y atendía a los pacientes más repugnantes
del hospital de incurables a quienes ayudó mucho en lo
material.
Cayetano se preocupaba mucho por el bien espiritual de
su congregación. Solía decir: "En el oratorio
rendimos a Dios el homenaje de la adoración, en el
hospital le encontramos personalmente".
Fundó otro oratorio en Verona.
Se trasladó a Venecia en 1520, siguiendo el
consejo de su confesor, Juan Bautista de Crema, un dominico santo
y prudente. Se alojó en el hospital de la ciudad y
siguió la misma forma de vida. Se le consideraba fundador
principal del hospital por todos los regalos que hizo.
Implantó la bendición con el
Santísimo Sacramento y promovió la comunión
frecuente, en los 3 años que vivió en Venecia.
Escribió: "No estaré satisfecho sino hasta que vea
a los cristianos acercarse al Banquete Celestial con sencillez de
niños hambrientos y gozosos, y no llenos de miedo y falsa
vergüenza".
La cristiandad pasaba por un periodo de crisis. La
corrupción
había debilitado a la Iglesia, mucho antes de la
aparición del protestantismo y eso promovía la
reforma. Cayetano era uno de los que más imploraban esa
reforma de vida y de costumbres dentro de la Iglesia.
Repetía a menudo: "Cristo espera, ninguno se
mueve".
La Iglesia estaba enferma "en la cabeza y en los
miembros"
San Cayetano regresó a Roma para hablar de eso
con los miembros de la Cofradía del Amor Divino en 1523,
en compañía del obispo de Teato Giampietro Carafa,
de Bonifacio Colli y de Pablo Consiglieri. No solo predicó
la reforma, sino la llevó a cabo fundando con sus tres
compañeros una orden de Clérigos Regulares que
tomasen como modelo la vida de los Apóstoles; llamada la
"Ordo Regularium Theatinorum" o Congregación de los
Teatinos (el nombre de padres teatinos que se da a los miembros
de esa congregación, viene de Chieti, la teate
Marrucinorum de los latinos, uno de los episcopados de Giampietro
Carafa), que tenía como finalidad principal la
renovación del clero.
Clemente VII aprobó la fundación ideada
por Cayetano.
El 14 de septiembre de 1524, Cayetano renuncia a todos
sus bienes y Carafa a los 2 episcopados de Brindis y de
Chieti.
Los 4 primeros miembros visten sus hábitos
religiosos y hacen los votos en San Pedro, ante un delegado
pontificio. Carafa es nombrado superior general de la orden.
Aparte de la renovación del clero, sus otros objetivos
eran: la predicación de la sana doctrina, el cuidado de
los enfermos y la restauración del uso frecuente de los
Sacramentos.
Los seguidores del santo fundador no eran muchos. A los
4 años, en 1527, cuando la orden tenía 12 miembros,
el ejército saqueó la ciudad, la casa fue destruida
y ellos escaparon a Venecia.
En 1530 San Cayetano sucede a Carafa en el cargo de
superior, lo hace con renuencia debido a su gran
humildad.
Trabaja enérgicamente por la reforma del
clero.
En 1533, Carafa fue elegido superior general por segunda
vez.
Cayetano es enviado a Verona, donde recibe
oposición a sus reformas.
Viaja a Nápoles para fundar una casa de su orden.
Recibe una casa donada por el conde de Oppido, rechaza otros
terrenos. El conde alega que los napolitanos no eran tan ricos y
generosos como los venecianos a los que San Cayetano le responde:
"Tal vez tengáis razón, pero Dios es el mismo en
ambas ciudades. Dios está en Nápoles como en
Venecia".
Se quedó en Nápoles donde había mas
trabajo. La ciudad mejoró notablemente gracias a las
prédicas y el trabajo apostólico del santo, que en
ocasiones tuvo que enfrentarse con laicos y religiosos que
predicaban el calvinismo, el luteranismo y otros
errores.
Fundó con el Beato Juan Marinoni los "Montes de
Piedad" para liberar de la miseria a los pobres y marginados. Fue
aprobado poco antes del Concilio de Letrán. En sus
últimos años de vida abrió hospicios para
ancianos y fundó hospitales.
Cae enfermo en el verano de 1547. Los médicos le
aconsejan poner un colchón sobre su cama de tablas, el
respondió: "Mi salvador murió en la cruz; dejadme
pues, morir también sobre un madero".
Murió en Nápoles a la edad de 77
años, el domingo 7 de agosto de 1547.
Ocho años después de su muerte, el teatino
Carafa fue elegido Papa, con el nombre Pablo IV, un
auténtico reformador, aunque su pontificado fue muy
impopular.
Fue canonizado en 1671 después que la
comisión encargada terminara de examinar rigurosamente los
numerosos milagros.
Es el patrono del pan y del trabajo y se lo conmemora el
7 de agosto.
Archicofradía:
Una puerta de madera, a dos hojas, comunica la Catedral
con la Archicofradía del Santísimo Sacramento. El
ambiente condice con el destino dado a la sala. Allí se
reúnen los hermanos que la integran.
Archicofradía es un termino conformado por el
prefijo "archi" que unido a un sustantivo indica superioridad. En
este caso se halla junto a "cofradía" que significa
congregación de devotos, de cofrades, de hermanos reunidos
para un fin benéfico.
Es la de mayor antigüedad en Buenos Aires; fue
fundada en 1633 bajo el nombre de Esclavitud del
Santísimo Sacramento.
Si bien los primeros "Libros de los esclavos" se han
perdido, según un trabajo del Hermano Eugenio Carbet
France, hay indicios de su funcionamiento en la Trinidad, en el
año 1596. Fue reorganizada por el obispo Mons.
Cristóbal de la Mancha y Velazco en 1657. A partir de
entonces se marca una nueva
etapa. El 31 de mayo de ese año en la celebración
de Corpus Christi la corporación contribuyó con la
cera necesaria para el mayor lucimiento de los actos. Fueron 44
los vecinos asistentes que aportaron cada uno dos pesos. A partir
de entonces la Archicofradía amplió el
número de esclavos incorporándose cinco mujeres. La
Archicofradía ha cumplido su misión de suministrar
lo necesario para el mayor brillo de los actos llevados a cabo en
la Catedral sobre todo en lo atinente a la Semana Santa y a la
festividad de Corpus.
La congregación estaba compuesta por el mayordomo
que era la autoridad superior; en los primeros años era
nombrado todos los meses. Así para el mes de diciembre de
1690 fue nombrado mayordomo el gobernador Don José de
Herrera y Sotomayor quien debió pedir humildemente la
limosna, y en 1691 fue nombrado mayordomo por el mes de enero, el
cuarto obispo de Buenos Aires Mons. Antonio Azcona
Imberto.
El número de miembros asciende a 12 cifra igual
al número de discípulos de Jesús.
La sala de la Archicofradía guarda valiosos
cálices, custodias, viriles guiones, atriles, crucifijos y
trípticos de antiquísima data, así
también capas pluviales y estolas con delicados
bordados.
Se destaca la sillería que data del siglo XIX
tapizados en tela adamasca roja con la que también se han
tapizado las paredes. Estas sillas suelen colocarse en la
Catedral en solemnidades especiales. El color rojo nos recuerda
la caridad y el heroísmo del martirio de Jesús por
eso es el que la Iglesia emplea el domingo de Pasión o de
Ramos, el viernes Santo y en Pascua.
Enfrentado a la puerta de acceso a la sala, se halla un
vitral que recibe luz natural de la calle San Martín;
representa la escena del Congreso Eucarístico de 1934 en
la cual el entonces Cardenal Eugenio Pacelli (después Papa
Pío XII), se encuentra rodeado de fieles entre los que se
destaca la primera Princesa Papal, Marquesa Pontificia Sra.
María Adelia Arríalos de Olmos.
En la parte inferior del vitral acompañan
hermanos de la Archicofradía.
Entre las imágenes relevantes que constituyen el
tesoro se encuentra la talla de origen portugués de San
Martín de Tours y una talla en madera, obra de Pedro de
Mena con la figura de la Virgen. La imagen es bellísima,
con expresión de gran dolor y lagrimas sobre las mejillas.
Fue una donación de uno de los hermanos, don Miguel
Pando.
En las vitrinas se encuentran piezas litúrgicas
de cuidada elaboración artística; han sido
realizadas por orfebres que han, relacionado las bellas artes con
la belleza de Dios para su alabanza y gloria.
Llama la atención una casulla rosada bordada en
colores. Fue el Papa Inocencio III (1198-1216) quien
oficializó para la liturgia los colores blanco, rojo,
verde, violeta y negro. Luego el Ceremonial de los Obispos
invadió el rosa para determinados domingos: el "Gaudete"
de medio Adviento y "Laetare" de media Cuaresma. Se hace para
recordar la cercanía de la Navidad y de
la Pascua.
Sala Capitular
La Sala Capitular o Sala de los Canónigos se
halla vecina a la Archicofradía. Allí se
reúne el Cabildo Eclesiástico formado por alrededor
de veinte sacerdotes entre dignidades y canónigos
presididos por el Deán.
Encontramos retratos de los obispos y del primer
arzobispo; también el de los canónigos
fallecidos.
Una pieza muy valiosa es el cuadro del Señor de
Buenos Aires que representa a Cristo de medio cuerpo y
tamaño natural y desde cualquier punto que se lo observe
se ve del mismo modo. Se dice que fue encontrado flotando en el
río de la Plata dentro de un cajón.
También se observa en una hornacina la imagen
tallada en madera de San Juan Nepomuceno y un sillón que
perteneció al presidente Rivadavia realizado en tapizados
en brocatel de seda roja con alegorías simbolizando al
sol.
Segunda Capilla de la
izquierda
Cristo de Buenos Aires
El Santo Cristo de Buenos Aires mide 1.75m de
alto.
Tiene los brazos extendidos alcanzando entre ellos mide
1.50m. Se halla ubicado en una Cruz de 3m por 2m.
Las columnas son de fuste liso, capitel corintio, el
altar se encuentra profusamente trabajado con laminado a la
hoja.
Se utilizó un solo tronco muy ancho de algarrobo
blanco, para hacer todo el cuerpo. Tiene 4 clavos en vez de 3,
debido a ambos pies tienen uno en cada uno. La corona es de
espinas muy antiguas.
Está rodeada por una reja semicircular siendo en
su parte inferior de hierro forjado, donde se encuentran diversas
figuras, alusivas al santo.
A ambos lados del altar se encuentran las tumbas de los
Arzobispos Mariano Espinosa y José Bottaro, religioso
entre la Orden Franciscana.
Junto a esta última tumba, sobre la pared hay una
cruz donada a la Catedral por el Papa León XIII, como
recuerdo del comienzo del siglo XX.
Historia del Santo Cristo:
Se lo conoce también como el "Cristo Milagroso"
porque su figura es considerada Milagrosa y Protectora de la
Ciudad. En los primeros tiempos durante una misteriosa tormenta
que había paralizado durante días la actividad, fue
llevada en procesión, al poco andar la lluvia se detuvo y
las aguas comenzaron a descender, lo cual se consideró un
milagro atribuido a él.
El venerado Cristo de Buenos Aires, obra del escultor
Don Manuel de Coyto, se halla sobre el brazo izquierdo del
crucero y fue obsequiado a la Catedral por el Gobernador Don
José Martínez Salazar.
El Obispo de la Mancha y Velazco, nombró e hizo
"Patrón e Ilustre" a él y a sus
Señoría Antonia Boau de dicha Capilla.
El altar del Santo era de madera, por lo cual la
Archicofradía solicitó del Cabildo el permiso para
construirlo de mármol y bronce, respetando su retablo y
colocando en él un rico tabernáculo, que en 1941
fue trasladado a la nueva Capilla del Sagrario.
Tercera Capilla de la
izquierda
San José y Nuestra
Señora de Itatí:
En este altar se encuentra un óleo del artista
Paolo Parisini realizado en el año 1911. Esta obra no
utilizó la técnica de cera de vela mezclada con
pintura de colores como en otros cuadros.
Dicho óleo representa a San José con el
niño Jesús en su brazo izquierdo y una vara con
lirios es su mano derecha, la cual simboliza la
pureza.
El altar esta decorado con escudos, la cruz y el
cáliz, y posee además las paredes
estucadas.
En la parte central de la mesa del altar, dentro de una
vitrina de vidrio, se encuentra la imagen de la Virgen de
Itatí.
Mientras que en el lateral derecho de este altar, sobre
un pedestal, se halla la imagen de cuerpo entero, de San
Martín de Porres con su escoba en la mano.
Historia de San José:
Esposo de la virgen María según el nuevo
testamento.
Casi todo lo que se sabe de él procede de los dos
primeros capítulos de los libros de Mateo y
Lucas.
Algunos pasajes lo mencionan como el padre de
Jesús y otros se refieren a él como carpintero o
artesano.
José, María y Jesús se instalaron
en Nazaret después de la huida a Egipto. Allí
Jesús creció en su hogar durante 12 años. Se
cree que José ya había muerto cuando se produjo la
pasión de Cristo.
A el le fue confiada la custodia de Cristo; y por eso la
iglesia, también le confió la protección de
la iglesia universal, es patrono de los carpinteros.
El 13 de diciembre de 1870, el Papa Pío IX lo
proclamo santo protector de la iglesia universal.
En las imágenes americanas, sus colores son el
verde para la túnica y el rojo para el manto.
Sus atributos iconográficos son la vara florida,
los americanos le pusieron a José la corona
imperial.
Se lo conmemora el 19 de marzo.
Historia de Nuestra Señora de
Itatí:
Sin dudas la belleza de la imagen de Nuestra
Señora de Itatí, impacta cada ocasión en que
una persona tiene la posibilidad de apreciarla. Su tez morena y
la dulzura de sus ojos de Madre, que parecieran constantemente
estar mirando a quien acude a ella, hacen que su rostro transmita
una sensación de inmensa paz y tranquilidad.
Esta imagen, cuyo cuerpo fue tallado en timbó y
su rostro en nogal, mide un metro veintiséis
centímetros de altura (1,26 m), representa una Virgen de
cabello negro, de pie sobre una media luna, con las manos juntas
en posición de oración, con un rosario
rodeándolas.
Viste un manto azul, con detalles bordados en dorado y
en su cabeza una túnica blanca, sobre la que reposa la
corona, rodeada de doce estrellas, que el 16 de Julio de 1900, en
el atrio de la Iglesia de la Cruz de los Milagros de la Ciudad de
Corrientes, el doctor Paendo de Lastra y Gordillo, por ese
entonces obispo de Paraná, Corrientes y Misiones, colocara
sobre sus sienes, misma que el Papa León XIII, bendijera
en su capilla del Vaticano.
El 23 de abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue
proclamada Patrona de la Diócesis de Corrientes, creada en
1910 por el Papa Pío X, y hoy es reconocida como
protectora de todo el NEA.
Pero, ¿cómo y de dónde llegó
esta hermosa imagen a los dominios de Santa Ana? La misma imagen
era venerada ya cuando fray Luis de Bolaños y fray Alonso
de San Buenaventura, abandonando las misiones del Guairá,
la trajeron consigo y extendieron su culto entre los que poblaban
los dominios del Yaguarón.
Allí, en lo que es hoy Taba Cué se le
construyó un humilde oratorio con las piedras que abundan
en el Paraná. Una irrupción de los indios
comarcanos, del sur del Tebiacuarí, destruyó el
oratorio y se llevó la imagen. Hallada en la
reducción de Bolaños, en el cuarto de fray Luis
Gómez, de donde la volvió a arrebatar un indio
principal llamado José, que poseía una chacra cerca
del arroyo Yaguarí, en donde sus hijos pequeños, se
dedicaban a la pesca.
En una ocasión en que el Paraná
bajó, los indiecitos no pudieron hallar pesca en el arroyo
y se fueron hasta el recodo del profundo cauce del río, en
las inmediaciones de la Calería, y frente a la llamada
lsla Verde, cuál seria el asombro de los indios al divisar
sobre una piedra la imagen arrebatada de la Iglesia de la
reducción, con su misma indumentaria tallada y el mismo
noble y piadoso porte de súplica La admiración
cobró proporciones en aquellas almas sencillas que de
inmediato emprendieron el retorno. El padre doctrinero fray Luis
Gómez fue informado enseguida y organizó el
traslado de la imagen de Yaguarí.
Pero llegamos a un punto que nos desconcierta de nuevo:
según una antigua leyenda oral, que fue alterándose
con el correr de los años, "pero que se mantuvo intacta de
padres a hijos, en la vida de la población indígena
y que, siendo más tarde descuidados y saqueados los
archivos del pueblo y menospreciados los antiguos informes, solo
se conservó en sustancia", parece que luego del traslado
de la imagen a Yaguarí, desapareció sorpresivamente
y tras una afanosa búsqueda fue hallada en el mismo lugar
donde la encontraron los hijos del indio José. Regresada a
Yaguarí, volvió a desaparecer,
descubriéndosela en el mismo sitio anterior; con lo que el
padre doctrinero comprendió que allí deseaba
recibir veneración la Virgen. En consecuencia, el padre
Gómez resolvió trasladar la población a las
inmediaciones del lugar del hallazgo. "Por otra parte,
Yaguarí debía forzosamente trasladarse, ya
qué su situación se prestaba a los atropellos,
mientras que el lugar del hallazgo, por lo alto y abrupto, se
prestaba más para la defensa contra las
irrupciones."
Podemos, considerar que, piadosa y maternal, la Virgen
indicó el lugar estratégico, para que su culto no
se viera impedido por los continuos sobresaltos que debía
experimentar en el viejo Yaguarí.
Santa Ana quedó abandonado, siendo desde entonces conocido
con el nombre guaraní de Taba-Cué (que fue pueblo);
la nueva población recibió su bautismo mariano con
el nombre de Pueblo de los Indios de la Pura y Limpia
Concepción de Nuestra Señora de Itatin, que
más tarde fue cambiado por el de Pueblo de la Pura y
Limpia Concepción de Itatí por fray Juan de
Gamarra.
Historia de San Martín de
Porres:
El santo mulato nació en Lima en 1579 de padre
español y madre panameña. Tardó su padre en
reconocerlo pero al final asintió, teniendo de todas
formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su
madre.
Son misteriosos los caminos del Señor: no fue
sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres.
Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer Arzobispo de Lima, quien
hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón,
corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde
como el de su Madre.
Martín aprendió el oficio de barbero y
también algo de medicina. El
muchacho era inteligente, y fue tal su amor por los hermanos que
no tardó en aprender para poderlos servir mejor. Desde
niño sentía predilección por los enfermos y
los pobres en quienes reconocía sin duda el rostro
sufriente de su Señor. A los quince años la gracia
recibida y el ardor por vivir más cerca de Dios en
servicio completo a sus hermanos humanos lo impulsó a
pedir ser admitido como donado en el convento de los dominicos
que había en Lima.
Pronto la virtud del moreno dejó de ser un
secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus
hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que
podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el
dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos
dominicos. Incomprensión y envidias: camino de
contradicciones que fue asemejando al mulato a su
Reconciliador.
En 1603 le fue concedida la profesión religiosa y
pronunció los votos de pobreza, obediencia y castidad.
Hombre de gran caridad, unía a su incesante oración
las penitencias más duras. Era mucho el amor, eran
poco el sueño y la comida, lo sostenía la
oración, la infinita misericordia de Dios. Es muy probable
que haya conocido a Santa Rosa de Lima. El Señor tiene sus
caminos, y los tuvo de dolor y alegría para nuestro
mulato. Así nos ama el Señor, como a su
Madre.
La virtud del santo, su intensa vida espiritual,
sostenían su entrega, pero sin duda alguna, aquello que
más recuerda el pueblo de Lima son sus numerosos milagros.
A veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras
bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo
desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de
recuperación. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos
estando las puertas cerradas. Otros lo vieron en dos lugares
distintos a un mismo tiempo. Todos, grandes señores y
hombres sencillos, no tardaban en recurrir al socorro del santo
mulato: "yo te curo, Dios te sana" decía Martín con
grande conciencia del
inmenso amor del Señor que ha gustado siempre de tocar el
corazón de los hombres con manos humanas.
Enfermero y hortelano herbolario, Fray Martín
cultivaba las plantas
medicinales que aliviaban a sus enfermos. Su amor humilde y
generoso lo abarcaba todo: su amabilidad con los animales era
fruto de su inmenso amor por el Creador de todas las cosas. El
pueblo de Lima venera hoy su dulce y sencilla imagen, con su
escoba en la mano dando de comer, de un mismo plato, a perro,
ratón y gato.
Tras una vida de honda respuesta a la gracia de Dios, de
intensa y perseverante entrega vividas al calor de la caridad y
el sacrificio, ya a los sesenta años de edad, Fray
Martín cayó enfermo y supo de inmediato que
había llegado la hora de encontrarse con el Señor.
El pueblo se conmovió, y mientras en la calle toda Lima
lloraba, el mismo virrey fue a verlo a su lecho de muerte para
besar la mano de quien decía de sí mismo ser un
perro mulato, tal era la veneración que todos le
tenían. Poco después, mientras se le rezaba el
credo, besando el crucifijo con profunda alegría, el santo
partió. Pero esta partida no lo alejó de su pueblo
quien esperanzado le reza a diario aguardando su tierna
intercesión y agradeciendo sus milagros. Fray
Martín de Porres, el mulato "santo de la escoba" fue
canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan
XXIII.
Puerta de acceso
lateral
A continuación de la capilla de San José
se ubica la salida lateral del templo, la cual da a la secretaria
y a la calle San Martín posteriormente.
A ambos lados de esta se encuentran dos grandes
imágenes de bulto de los apóstoles San Pedro y San
Pablo; el primero lleva en su mano izquierda las llaves del reino
y San Pablo en su derecha, una espada rota. Son dos figuras de
yeso policromado, en actitud
protectora, vigilando la entrada a la iglesia.
Cuarta capilla de la
izquierda:
Nuestra Señora del Carmen y
Nuestra Señora de Luján
En el altar se encuentra un óleo pintado por el
artista Capranessi en Roma, en 1909, que representa a Nuestra
Señora del Carmen.
Sobre la mesa del sacrificio se encuentra una imagen de
la Virgen de Luján, dentro de una hornacina de vidrio con
bordes y pies de bronce, es una imagen de pequeña talla y
fue donada en 1944 por la archicofradía del
Santísimo Sacramento.
Esta capilla posee luz natural, a la derecha del altar,
en el piso, hay dos lapidas que señalan que allí
descansan los restos de Doña Martina de Aguirre y Don
Antonio Herrera.
Sobre la pared, sobre las lapidas mencionadas se
encuentra una placa de mármol en conmemoración a
Antonio Quarracino, fallecido en 1998, junto con el descansan las
cenizas de sus padres.
A la izquierda del altar encontramos sobre la pared una
placa en conmemoración, a los judíos muertos en el
holocausto y a las víctimas del atentado a la Amia en
nuestro país, sobre la placa podemos apreciar fragmentos
de libros sagrados y recortes de diarios.
Historia de Nuestra Señora del
Carmen:
Según tradición carmelita, el día
de Pentecostés, ciertos piadosos varones, que
habían seguido la traza de vida de los Profetas
Elías y Eliseo, abrazaron la fe cristiana; siendo ellos
los primeros que levantaron un templo a la Virgen María en
la cumbre del Monte Carmelo, en el lugar mismo desde donde
Elías viera la nube, que figuraba la fecundidad de la
Madre de Dios. Estos religiosos se llamaron Hermanos de Santa
María del Monte Carmelo, y pasaron a Europa en el siglo
XIII, con los Cruzados, aprobando su regla Inocencio IV en 1245,
bajo el generalato de San Simón Stock.
El 16 de julio de 1251, la Virgen María se apareció
a ese su fervoroso servidor, y le
entregó el hábito que había de ser su signo
distintivo. Inocencio bendijo ese hábito y le
otorgó varios privilegios, no sólo para los
religiosos de la Orden, sino también para todos los
Cofrades de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Llevando
éstos el escapulario, que es la reducción del que
llevan los Carmelitas, participan de todos los méritos y
oraciones de la Orden y pueden esperar de la Santísima.
Virgen verse pronto libres del Purgatorio, si hubieran sido
fieles en observar las condiciones impuestas para su uso.
Es patrona de la provincia de Formosa y de la República de
Chile.
Se la conmemora el 16 de julio.
Historia de Nuestra Señora de
Luján:
Antonio Farías Sáa, un hacendado radicado
en Sumampa (Santiago del Estero) quería colocar en su
estancia una capilla para la Virgen. Le pidió a un amigo
que vivía en Brasil que le enviara una imagen que
representara la Inmaculada Concepción de María. El
amigo le envió dos, la que le había encargado y
otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando
llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en caravana
rumbo a Sumampa.
La imagen era llevada en carreta de Buenos Aires a
Santiago del Estero cuando se detuvo inexplicablemente a las
orillas del río Luján (67km de Buenos Aires), cerca
de la casa de Don Rosendo Oramas. Se cambiaron los bueyes y
se bajó la carga, pero sin resultado. Los bueyes rehusaban
cruzar el río. Entonces alguien observó las
dos pequeñas cajas con las imágenes de la
Virgen. Bajaron la estatua de la Virgen con el Niño
sin que nada sucediera, pero cuando removieron la caja con la
Inmaculada, inmediatamente los bueyes echaron a andar. Los
asombrados testigos repitieron esto una y otra vez, con
idénticos resultados. Así comprendieron que
Nuestra Señora quería quedarse en Luján y
ellos con gusto y alegría la complacieron. Pronto la
noticia se propagó y llegaban numerosos peregrinos. Al
principio la imagen fue llevada a la casa de Don Rosendo, quien
fabricó la capilla primitiva donde se veneró a
Nuestra Señora durante cuarenta
años.
Es patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay.
Se la conmemora el 8 de mayo.
Cardenal Antonio Quarracino:
Nació en Pollina, Salerno, Italia, el 8 de agosto
de 1923.
Llego al país siendo muy pequeño. Hizo sus
estudios primarios en San Andrés de Giles, e
ingresó en el seminario San José, de LA Plata donde
cursó estudios humanísticos y
eclesiásticos.
El 22 de diciembre de 1945, en la Basílica de
Luján fue ordenado Sacerdote por Monseñor
Serafín, obispo de Mercedes.
El 3 de febrero de 1962 Juan XXIII lo nombró
obispo de 9 de julio en la provincia de Buenos Aires, sede donde
fue su segunda diócesis.
El 3 de agosto de 1968, Pablo VI lo trasladó a la
diócesis de Avellaneda, donde inició y llevó
a cabo la construcción de la nueva Catedral inaugurada y
consagrada el 1 de mayo de 1984.
El 10 de julio de 1990, Juan Pablo II lo nombró
Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, cargo que
asumió el 22 de septiembre de 1990.
El Episcopado Argentino lo eligió Presidente de
la Conferencia
Episcopal en la Asamblea de noviembre de 1990 y lo
reeligió por tres años: 1993-1996.
Fue el primer arzobispo porteño que
utilizó la
televisión frecuente y regularmente, para prolongar su
labor pastoral por ese medio, también era frecuente
articulista en importantes diarios de Buenos Aires, como La
Nación, Clarín y LA Prensa.
En abril de 1997 se le otorgó la Gran Cruz de la
Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Finalmente falleció el 28 de febrero de 1998, y
por pedido de él, se encuentra sepultado en el altar de la
Virgen de Luján.
Quinta capilla de la
izquierda:
San Juan Bautista
Esta es la denominada "Capilla con trampa", debido
que si bien figura que se encuentra advocada a San Juan Bautista,
este no aparece, sino que el que aparece es su padre San
Zacarías y el ángel Gabriel en un óleo
realizado por Capranessi.
Posee luz natural. Delante de este óleo se
encuentra una imagen de Nuestra Señora de los
Desamparados.
A la derecha del altar se encuentra una lapida en el
piso que guarda los restos de Doña Rufina Basavilbaso y
Garfias, esposa del Brigadier General Don Miguel de Azcuenaga,
fallecido el 4 de febrero de 1819.
Historia de San
Zacarías:
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un
sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abias. Su mujer
era de la descendencia de Aarón y se llamaba Isabel. Ambos
eran realmente buenos ante Dios y llevaban una conducta
intachable en conformidad con todos los mandamientos y ordenes
del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era
estéril; además, eran ambos de avanzada
edad.
Sucedió pues, que, mientras él estaba de
servicio delante de Dios, según el orden de su turno., le
toco en suerte, conforme a la costumbre
litúrgica.
Entretanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías
y se extrañaba de que se entretuviera tanto dentro del
santuario.
Cuando por fin salió, no podía hablarles,
y entonces comprendieron que había tenido en el santuario
alguna visión. El intentaba explicarse por señas,
pues seguía mudo. Y cuando terminaron los días de
su servicio litúrgico, regreso a su casa.
Entrar en el santuario del Señor para ofrecer el
incienso. Y mientras ofrecía el incienso, todo el concurso
del pueblo se encontraba afuera, orando.
Entonces se le apareció el Ángel del
Señor, puesto en pie, a la derecha del altar del incienso.
Zacarías, al verlo, se turbo y lo invadió el miedo.
Pero el ángel le dijo:
"No temas, Zacarías que tu oración ha sido
escuchada: tu esposa Isabel te dará un hijo, al que
llamarás Juan. Para ti será motivo de gozo y
alegría, y muchos se alegraran de su nacimiento. Porque
será grande a los ojos del Señor; jamás
beberá vino ni bebida embriagante, estará lleno del
Espíritu Santo desde el seno de su madre, hará que
muchos hijos de Israel vuelvan al
Señor, su Dios, e irá delante de él con el
espíritu y el poder de Elías, para hacer que el
corazón de los padres vuelva hacia los hijos. y que los
rebeldes vuelvan a la sensatez de los buenos, a fin de preparara
al Señor un pueblo bien dispuesto."
Entonces Zacarías dijo al ángel:
"¿En qué conoceré esto? Porque yo ya soy
viejo, y mi mujer de avanzada edad."
El ángel le contesto:
"Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de
Dios y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte esta
buena noticia. Pero mira, te vas a quedar mudo y sin poder hablar
hasta el día en que se realicen estas cosas, por no haber
creído en mis palabras, las cuales se han de cumplir a su
tiempo."
Después de aquellos días, su esposa Isabel
concibió, y se mantenía oculta durante cinco meses,
diciéndose: "Así lo ha hecho el Señor
conmigo, cuando le ha parecido bien acabar con mi
descrédito ante la gente."
Historia de Nuestra Señora de los
Desamparados:
Fue en la mañana del primer domingo de Cuaresma
de 1409, cuando se dirigía a predicar en la homilía
de la Misa mayor en la Catedral de Valencia, el religioso de la
orden mercedaria, Fray Juan Gilabert Jofré,
coetáneo y amigo de San Vicente Ferrer, observó,
durante el trayecto, que un grupo de muchachos maltrataba
cruelmente a un pobre loco. Intervino el buen fraile en socorro
del desgraciado y tras detener y reprender a los jóvenes,
prosiguió su camino vivamente impresionado por el suceso.
Tanto fue así que modificó el contenido de su
sermón, incluyendo en él una emotiva llamada a la
caridad y a favor de los "inocentes" que abandonados a su miseria
por las calles, eran sujeto de toda clase de abusos y, asimismo,
proteger a los ciudadanos de sus inconscientes acciones.
No cayeron en vacío sus palabras pues sus encendidas
razones calaron en el ánimo de los presentes, entre los
cuales se encontraba un mercader llamado Lorenzo Salom, que se
erigió en principal valedor y promotor efectivo de la
idea, de tal manera que diecinueve días después el
Consejo General de la Ciudad estudiaba la iniciativa y dos meses
y medio más tarde comenzaban las obras de un hospital con
esta finalidad. El documento de su fundación, firmado por
el rey Martín V el Humano, el 15 de marzo de 1410,
establece, y en esto radica la originalidad de la propuesta, que
a la atención humanitaria dispensada a los allí
acogidos, se les proporcionara además asistencia
médica, lo cual significaba, cultural y
científicamente, la fundación del primer hospital
psiquiátrico del mundo. La institución
recibió el nombre en valenciano de "Hospital dels
Ignocens, Folls e Orats" que, según la moderna
psiquiatría, corresponde a "oligofrénico,
psicósico y demenciados".
En principio, el Papa Benedicto XIII dio por titulares y patronos
del nuevo hospital a los Santos Inocentes Mártires, por
ser los únicos santos a quien la iglesia tributa culto sin
haber alcanzado el uso de razón en su breve vida mortal.
Sin embargo, llevado por el fervor de su espíritu mariano,
el pueblo valenciano empezó a tomar la costumbre de
denominar al nuevo hospital con el nombre de "Nostra Dona Sancta
María dels Innocens", es decir, Nuestra Señora de
los Inocentes. Tal fue el arraigo que alcanzó el nombre
que el propio pontífice aceptó el nombre en el
privilegio de fundación de una Cofradía. De este
curioso modo nació una advocación de la Virgen
antes que su imagen representativa.
La citada Cofradía o hermandad surgió con la idea
de apoyar al Hospital con mayores recursos materiales y humanos.
Sus miembros se propusieron practicar las mismas obras de
misericordia del hospital y además, asistir al entierro de
los dementes y cofrades, sufragar gastos del Hospital y de actos
religiosos. El celo y entusiasmo de esta Cofradía pronto
quiso ampliar el campo de sus asistencias más allá
del Hospital y, así, se establece entre sus normas la
ayuda a los condenados a muerte, proporcionándoles
consuelo espiritual y cristiana sepultura, también se
establecieron socorros y ayudas para los propios cofrades en caso
de enfermedades,
viudedad o defunción. Pronto empezó a atender a
náufragos, desamparados y prostitutas por expresa gracia
de Doña María de Castilla, esposa de Alfonso el
Magnánimo, Rey de la Corona de Aragón.
La Cofradía alcanzó gran expansión,
creándose otro hospital donde tenían acogida y eran
atendidos toda clase de marginados. Se estipularon ayudas para
dotes de huérfanas, para los encarcelados y necesitados,
para los expósitos, y cantidades destinadas al pago de
rescate de cautivos en tierras de infieles.
En este contexto, se vio la necesidad de proporcionar una nueva
imagen de la Virgen para representar el patrocinio sobre los
dementes del Hospital y la piadosa Cofradía, por lo que,
sin pretenderse, había surgido una nueva advocación
la Santísima Virgen destinada a tener un alcance
universal. Por decreto del Rey Fernando el Católico
firmado en Barcelona el 3 de junio de 1493, la advocación
recibió el título de Nuestra Señora de los
Inocentes y de los Desamparados.
La imagen, que se diseñó en tamaño natural y
con dorso plano con el propósito de poderse acomodar sobre
el féretro de los cofrades fallecidos en posición
yacente, aunque en fiestas y solemnidades aparecía en
posición vertical y con un manto de sedas, origen del
actual, para disimular esta circunstancia. En un principio la
imagen se guardaba y veneraba en casa del Clavario de la
Cofradía, pero tras doscientos años de pervivencia
de esta costumbre, y ante los graves inconvenientes que ello
presentaba, se destinó una pequeña capilla en la
Plaza de la Seo, lugar donde se alzó más tarde, en
1652, la actual Basílica menor, dignidad otorgada por el
Papa Pío XII, mediante la que se reconocía,
más que su valor artístico, su valor espiritual
como centro y símbolo de la devoción mariana de
Valencia y aliento de innumerables obras de misericordia. Ya en
pleno siglo XX el Papa Juan XXIII, declara "… a la
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA bajo el título de
NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS, Celestial PATRONA
PRINCIPAL ante Dios DE TODA LA REGIÓN VALENCIANA…"
La onomástica de las "Amparos" se celebra el 8 de Mayo,
aunque en la ciudad de Valencia se celebra con grandes
solemnidades y festejos el segundo domingo de ese mes. La
devoción a esta advocación de la Virgen ha llegado
hasta L’Alguer (Sicilia), Manila (Filipinas), Iglesia de
Santa Ana, Buenos Aires (Argentina) Basílica de San
Nicolás; una población de Costa Rica lleva
el nombre de "Desamparados"; también en Llobasco (El
Salvador), varias poblaciones de Guatemala,
Nicaragua y Venezuela;
Méjico conserva vestigios en Puebla y le han dedicado la
"Ciudad de los Muchachos" y la fructífera obra del Padre
Álvarez en Monterrey. Asimismo, se le reza en diversas
misiones de la India y
África.
Sexta capilla de la
izquierda:
Santa Teresa de
Ávila
Se encuentra representada en un óleo en
éxtasis.
Esta obra fue realizada en Roma por el pintor Capranessi
en el año 1909.
El día de su conmemoración es el 15 de
octubre.
Sus atributos son: el libro, la pluma, el birrete (hace
a su condición doctoral), y la paloma (inspiración
que le brinda el Espíritu Santo).
Esta capilla no posee luz natural.
Historia de Santa Teresa de
Ávila:
Teresa de Cepeda y Ahumada, nació en Ávila
(España) el 28 de marzo de 1515. Sus padres, muy
virtuosos, la educaron en la piedad y en las labores propias de
una niña. A los 12 años pierde a su madre y en
medio de su dolor, pide a la Virgen que sea ella en adelante su
madre.
A los 16 años, tras un período de devaneos
juveniles, va como interna al monasterio de Santa María de
Gracia, donde reviven los rescoldos de su piedad. Por medio de un
tío suyo entra en contacto con libros espirituales y a
través de ellos, despierta su deseo de abrazar la vida
religiosa.
En 1535 entra en el monasterio carmelita de la
Encarnación donde hace su profesión el 3 de
noviembre de 1537. Pocos meses después una grave
enfermedad la obliga a abandonar el monasterio y en ese
período se inicia en la práctica de la
oración mental. Su enfermedad se agrava hasta darla por
muerta. Pero logra restablecerse y atribuye su curación a
San José a quien tendrá profunda
devoción.
Hacia 1560, inspirada por Dios, con un grupo de
religiosas más amigas, decide abrazar una vida carmelitana
más perfecta, esto implicaba un retorno a la Regla
primitiva de la Orden, una vida en soledad dedicada a la
oración y a la mortificación, que se llevo a cabo
en pequeños grupos selectos.
Con la aprobación de sus confesores y
después de no pocos sufrimientos y sinsabores, obtiene el
permiso de sus superiores y comienza la vida del Nuevo Carmelo,
con la fundación del Monasterio de San José de
Ávila.
Esa vida ejemplar de las nuevas Carmelitas entusiasma al
General de la Orden y le manda que funde cuantos conventos quiera
del mismo estilo. Muy extensa es la lista de fundaciones que
comienza en Malagón en 1568 y se extiende durante 15
años. La Providencia pone en su camino al joven carmelita
Juan de la Cruz con el cual inicia la reforma de los
frailes.
El 21 de setiembre de 1582, llega a Alba de Tormes,
enferma y exhausta, el 4 de octubre recibe el viático y la
unción de los enfermos; y entrega su alma al creador. Su
fama de santa se extendió rápidamente. Sus escritos
se difundieron profusamente a través de la imprenta. En
1591 se inició el proceso de beatificación. En 1614
Pablo V la proclama beata, el 12 de marzo de 1622 Gregorio la
canoniza solemnemente. En 1965, Pablo VI la nombra patrona de los
escritores españoles y el 27 de setiembre de 1970, Pablo
VI le otorga el título de Doctora de la Iglesia
Universal.
En la actualidad, las carmelitas descalzas son aprox.
14.000 en 835 conventos en el mundo. Los carmelitas descalzos son
3.800 en 490 conventos
- Revista "Buenos Aires nos cuenta –
Fascículo Nro. 16 - La Catedral de Buenos Aires – de
Martínez Zago Ediciones 1986 - Las iglesias de Buenos Aires – de Adolfo
Tasca - Nuestro antiguo Buenos Aires – de A.
Taulliard - Guías visuales de la Argentina –
Clarín - Secretaria de Turismo de la
Nación – Folleteria
– pagina oficial del Arzobispado- www.corazones.org
- Secretaria de Turismo de la Catedral – visita
guiada - La Catedral de Buenos Aires – guía para
visitarla y conocer su historia - El Buenos Aires de Antaño – de Luis
Cánepa
INTEGRANTES:
Briuoli, Leandro
Caviglia, Juan Pablo
Briasco, Luciano
Fianini, Sabrina
Piazza, Nicolás
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